Leandro Pita Romero, nació en Santa Marta de Ortigueira el 28 de noviembre de 1898, falleció en Buenos Aires el 25 de junio de 1965, fue un político, diplomático y escritor.
Perteneciente a un hogar de la burguesía ilustrada —padre abogado y empresario agrario, fundador de la Federación Agraria y muy abierto a los aires de la cultura— cursó con brillantez la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de La Coruña y se licenció en Derecho en la Facultad del mismo nombre de la Universidad compostelana.
Desde muy joven comenzó a ejercer en su tierra natal una intensa actividad profesional y política que le convirtió sin tardanza en una personalidad relevante y decisiva de la vida pública gallega de la década de 1920. Figura estelar del pujante movimiento asociacionista gallego de dicha época, sería presidente de la Federación Agraria de Ortigueira y de la Asociación de Ganaderos de La Coruña, así como vocal de la Asociación de Ganaderos de España. En la mencionada etapa, desempeñó con solvencia la Secretaría General de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de La Coruña, puesto compatibilizado con varias asesorías jurídicas de corporaciones industriales, bancarias y comerciales del Finisterre español.
Actividad política
Introducido en la mocedad en la actividad política de la mano de su coterráneo el pontevedrés Manuel Portela Valladares del que sería secretario particular a lo largo de un bienio, participó con asiduidad y vigor en las tareas periodísticas como redactor del famoso diario madrileño El Liberal y, ulteriormente, como director del coruñés El Orzán, situándose en la zona más templada del radicalismo moderado.
Diputado en representación de La Coruña en las Cortes Constituyentes republicanas, formaría parte del último gabinete de Martínez Barrio como ministro de Marina (del 8 de octubre de 1933 al 16 de diciembre de 1933). Al frente de la cartera de Estado de los primeros gobiernos lerrouxistas (del 16 de diciembre de 1933 al 3 de marzo de 1934, y de esta fecha al 28 de abril de 1934) y del gabinete Samper (del 28 de abril de 1934 al 4 de octubre de 1934), volvería a ser ministro sin cartera en el constituido por A. Lerroux el 4 de octubre de 1934, de la que se responsabilizaría hasta abril de 1935, con una muy curiosa y sorprendente simultaneidad con la rectoría de la Embajada ante la Santa Sede por encargo expreso y director del presidente de la Segunda República Niceto Alcalá- Zamora, quien le apreciaba en extremo y al que llegó a profesar una admiración y lealtad rendidas hasta su fallecimiento. Hombre hábil y laborioso, Leandro Pita recibiría un especial encargo por parte de aquél de negociar con el Vaticano las bases de un futuro Concordato que sustituyera al firmado por Bravo Murillo en 1851, superado ampliamente a la altura de las mudanzas sobrevenidas en el país en los inicios de la década de 1930. No obstante, las evidentes dificultades atravesadas para el logro del empeño, sus primeros pasos se anduvieron con buen pie hasta no tardar en encallar debido a la renitencia del Pontífice, lográndose, sin embargo, una clara distensión en unas relaciones hasta entonces muy tirantes entre el nuevo régimen y la Roma de Pío XI, toda vez que estableció relaciones amistosas con el entonces secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pacelli, quien luego se convertiría en el Papa Pío XII.
En Argentina
Con el triunfo del Frente Popular, Pita Romero deja su cargo de embajador, volviendo a vivir en La Coruña. En esta ciudad le sorprende la sublevación militar del18 de julio de 1936. A pesar de ser un político moderado y un católico practicante, debe exiliarse, primero en Portugal y luego en Argentina.
Exiliado en Buenos Aires tras el desencadenamiento de la Guerra Civil, sus amplios conocimientos en la colonia española residente en Argentina le permitieron proseguir sus trabajos profesionales y periodísticos en dicho país, en el que coincidiría con Niceto Alcalá- Zamora, manteniendo estrecha amistad con una personalidad al que le unía una sincera afinidad ideológica y religiosa. Prueba del afecto y simpatía despertados en la nación austral por el ilustre desterrado serían las numerosas distinciones y condecoraciones de que fuera objeto del lado de la ciudadanía e instituciones argentinas.
En este país vuelve a estudiar la carrera de Derecho, trabaja como periodista y abogado, escribiendo en algunos de los mejores diarios y revistas de ese tiempo, como La Prensa, El Mundo, Crítica, La Capital y Leoplán.
No regresó a España hasta 1960, haciéndolo regularmente a partir de entonces, aunque nunca de forma definitiva.
Casado con Cristina Sicardi Ortiz, tuvo cuatro hijos: Cristina, María, Leandro y Fernando. Había contraído una neumonía y a los pocos días falleció como producto de un paro cardiorrespiratorio.
Sus restos fueron inhumados en el cementerio de la Chacarita.
Homenaje en Ortigueira
El 22 de noviembre de 2023, con motivo del 125 aniversario de su nacimiento, el ayuntamiento de su localidad natal promovería un sencillo homenaje consistente en el descubrimiento de una placa en su casa natal, situada en el Cantón de la villa santamartesa.