Sin novedad en la plaza de Armas

Enrique Barrera Beitia

El PP tiene mayoría absoluta en el concello de Ferrol, pero sigue sin marcar diferencias con el anterior gobierno en minoría. Se nos informa cada semana sobre la ejecución de asuntos que mayoritariamente son propios de la gestión diaria, y los que escapan a esta condición no van más allá de lo que sería una faena de aliño. Las obras que ya estaban empezadas encaran con retrasos su recta final y no parece que se haya trabajado para tomar su relevo. Salvo que esté equivocado, el gobierno local sólo ejecutó en 2023 el 33 % de la inversión prevista, quedando 7.62 millones de euros sin gastar, así que de poco sirve que se haya
aprobado un presupuesto para el presente año si la maquinaria municipal no lo puede ejecutar en tiempo y forma.

Hace un año que se constituyeron las corporaciones locales y seguimos sin saber qué se quiere hacer en la
parcela del cuartel de Sánchez de Aguilera, o con los restos medievales aparecidos en la Praza Vella.
Tampoco se han dado los pasos necesarios para llenar los huecos en la plantilla municipal, ni para humanizar el primer tramo de la carretera de Castilla que conecta con As Pías, y para enderezar el rumbo de Emafesa se ha recurrido a subir la tasa de agua y saneamiento.

Precisamente en relación al pleito con el vecino concello de Narón sobre como compartir los gastos en Emafesa, hay un informe de Aguas de Galicia que coincide con el presentado por el ex-alcalde socialista Ángel Mato, indicando que la aportación de Ferrol y Narón debe ser respectivamente de 60-40 y no de 70- 30, por lo que no se entiende que nuestro actual alcalde aplace la vista del proceso judicial. Nadie discute que tiene que haber buenas relaciones entre los dos concellos, pero las diferencias no pueden resolverse perjudicando a los contribuyentes ferrolanos. Para mayor oprobio de este caso, seguimos sin noticias de los caudalímetros que deben dejar constancia de cuanta agua se consume y donde.

Tenemos un ejemplo que a efectos prácticos nada importa, pero que es significativo del relajamiento con que opera nuestro gobierno local, y es la mejora de la iluminación del estadio de A Malata. El acuerdo firmado entre las dos entidades indica que las grandes inversiones deben ser ejecutadas por el concello, por lo que lo correcto hubiera sido que este licitara la obra y no dar 750.000 € al Rácing para que se encargue del asunto.

Navantia tiene ahora una importante carga de trabajo, y en estas coyunturas favorables se adormece la búsqueda de alternativas que diversifiquen nuestra actividad económica. Ya queda poco para que el tren de Caneliñas conecte con A Malata y seguimos careciendo de terrenos en Mandiá o San Pedro de Leixa para albergar plataformas logísticas, el yacimiento de empleo más prometedor a mi entender.

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