Una casa de la cultura abarrotada acogía al anochecer del viernes, la primera edición del Festival Día de la Madre, un emotivo homenaje a todas las madres de Neda que, en esta ocasión, estuvieron representadas por dos de las más longevas del municipio.
Pilar Rico Suárez y Beatriz Torrente Vivero, rodeadas de familiares, recibían el aplauso del público y un detalle por parte del Ayuntamiento.
La historia de estas mujeres, de 99 y 96 años respectivamente, habla de emigración en el primer caso, y de trabajo duro desde los 13 años en el segundo. Una vida sacrificada cómo la de otras tantas vecinas de su generación, que fueron madres, abuelas y algunas, como ellas, también bisabuelas.
El alcalde Ángel Alvariño le hacía entrega de una placa conmemorativa, y las concejalas de Cultura e Igualdad, Marián Bello y Ángeles Puentes, de su respectivo ramo de flores. Hubo también palabras para Manuela Soto, la otra madre veterana, que había aceptado la invitación del Ayuntamiento y que, finalmente, no pudo asistir.
Desde primera fila las homenajeadas asistieron a una velada, presentada por Ana Berta Varela, llena de poesía, de la mano de alumnas de la Escuela municipal de teatro infantil, y de música.
La animada actuación de la rondalla Só elas dió paso a la intervención del grupo de acordeones de la escuela BellónMaceiras, que finalizó su intervención, interpretando conjuntamente un tema con la rondalla Lucero del Alba.
La agrupación musical nedense quiso agasajar a las homenajeadas y al resto de los presentes con el estreno de “Marabilla natural”, un tema de Manuel Castro, uno de sus integrantes, dedicado a Neda.