Gabriel Elorriaga F.-(*)
¡Troleador! ¡Troleador! El Molt Honorable Pere Aragonès se lanzó solo al ruedo para torear su trola ante el tendido del Senado solo ocupado por la gran mayoría de miembros del Partido Popular de la Comisión General de las Autonomías. Lo más significativo fue la ausencia total de la minoría socialista y del Gobierno. Fue la actitud oscura y traidora de los socialistas que no quisieron definir si van a hacer evitable lo imposible o imposible lo inevitable. Pere Aragonès tuvo la cortesía de quedarse a escuchar el chorreo de argumentos contrarios a sus pretensiones pero nadie del socialismo tuvo la atención de acompañarle tan siquiera con su presencia.
Lo cierto es que el referéndum consultivo sobre autodeterminación que Aragonès considera inevitable es imposible. Si la propuesta de Ley de Amnistía sigue su curso fue porque Pedro Sánchez se vio obligado a contar con los siete votos de los parlamentarios adictos a Carles Puigdemont para poder ser investido por la mínima mayoría del Congreso. Si los suyos, los de ERC, no hubiesen seguido dócilmente la estrategia de Puigdemont la amnistía se habría evitado. También es un detalle a tener en cuenta que la amnistía es una proposición de los socialistas y no un proyecto de Ley del Gobierno para no comprometerse como tal Gobierno en lo inevitable.
El esperpéntico ministro Óscar Puente ha comentado que no sabe por qué es noticia que Aragonès diga que es inevitable el referéndum. Pues es noticia fresca porque lo repite cada vez que puede a pesar de que hay que suponer que un presidente de la Generalitat está obligado a saber que tal referéndum es imposible. O cuando menos, imposible para Pedro Sánchez que es quien tendría que convocar este dislate, de acuerdo con el Artículo 92 de la Constitución que Aragonès parece no haber leído. El referéndum a que se refiere el Artículo 92 es una consulta “a todos los ciudadanos” y no a los de una comunidad aislada. Tal referéndum debe ser convocado por el Rey (Párrafo 2) a propuesta del presidente del Gobierno -no del grupo socialista- previa autorización del Congreso de los Diputados. No parece que ni el Rey ni el presidente del Gobierno tengan la menor intención de convocar ningún referéndum a la medida de Pere Aragonès. Aunque el presidente fuese chantajeado, como en el caso de la amnistía, las condiciones para cualquier referéndum consultivo deberán ser promulgadas por Ley Orgánica (Párrafo 3). El actual presidente carece de la mayoría suficiente en el Congreso para aprobar una Ley Orgánica. Por ello el referéndum no es inevitable sino imposible. Es como pedir peras al olmo que no puede darlas. Por ello Pere Aragonès en precampaña electoral está engañando a sus potenciales electores. Un engaño esencial que desacredita su programa.
Ese referéndum “inevitable” pactado “dentro de la ley” es imposible porque la ley invocada no lo permite. Puede imaginar Aragonès que la ley puede cambiarse para hacer que sea posible lo que parece imposible. Cambiar la Constitución para que Pere Aragonès parezca un político posibilista. El procedimiento de cambio constitucional está muy lejos de la voluntad de un candidato a unas elecciones autonómicas ya que exige tres cuartas partes de las Cortes (Congreso y Senado) para llevase a la práctica (Artículo 167). Aunque todas estas normas fueran desbordadas por el entusiasmo, habría que preguntarse con qué respaldo popular cuenta Aragonès que, salvo que las próximas elecciones catalanas tengan resultados inesperados, no tiene detrás más que a un partido que cuenta, como mucho, con la cuarta parte del Parlamento Catalán que lo sitúa por detrás del Partido Socialista de Salvador Illa. ¿Es de sentido común que con esta modesta perspectiva Pere Aragonès se atreva a decir que es inevitable un cambio constitucional en la nación de que forma parte, le guste o no le guste? No vino a Madrid a demandar apoyos extraordinarios para paliar la sequía sino para decir que es viable lo que es imposible. Mientras tanto, Carles Puigdemont clama desde “Cataluña Nord”, es decir la República Francesa, contra el partido de Pere Aragonès. Dos opciones que ni una ni otra son útiles para los problemas de presente que tiene la Generalitat de Cataluña. Son los habitantes de Cataluña los que dan muestras de aburrimiento al ver trolear, sin público socialista, a sus cabezas de cartel.
(*)-(Ferrol, 1930). Es un abogado, periodista y político español. Ex diputado y ex senador.