Cuando un niño o niña son hospitalizados en el Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, la actual maestra del aula hospitalaria del área Sanitaria de Ferrol, Sheyla Martínez Ferreiro, se pone en contacto con ellos para que “se les pase mejor su tiempo de hospitalización o se dé continuidad a la tarea curricular, si es el caso”. Lo mismo sucede con los que tienen una enfermedad crónica que hace que tenga visitas continuadas al Complejo, como un niño alérgico, por ejemplo.
Cuando se le pregunta a la maestra de esta peculiar aula que es lo más positivo de su trabajo, contesta sin dudarlo que “los niños disfrutan, y las familias lo agradecen, es lo más positivo”; y añade, “me encanta cuándo dicen que se les pasó muy rápido la mañana, o me preguntan, ¿cuando vuelves?”.
El aula hospitalaria existe en este Área Sanitaria desde junio de 2007, año en el que se inauguró. Cuenta con espacios diferenciados en el primero y en el tercer piso, ya que en ambos espacios hay niños en edad pediátrica, donde hay material escolar y de juego para las múltiples actividades que la maestra desarrolla. En el ámbito hospitalario, la media de atención está en ocho niños y niñas de hasta que cumplen los quince años, esta media baja a cuatro en la propia escuela, ya que muchos de ellos están aislados por diversos virus o bien por infecciones respiratorias. La media de días de estadía hospitalaria en este ámbito pediátrico, que en el Área ferrolana está en la semana, también condiciona mucho la relación del menor hospitalizado con el aula.
Maestra, puente entre los sanitarios, los niños y las familias
“La profesora hace una labor encomiable”, afirma el jefe de Servicio de Pediatría, José Luaces González; “es un puente entre el personal sanitario y los niños y sus familias”. “Es un cole a su medida”, explica Carmen Gallego Novo, la supervisora de Enfermería en el primero piso. “Los niños la reconocen, los padres pueden contar con su apoyo; y si el ingreso es más largo, puede hacer de mediación con el colegio”, explica Yolanda Durán Diéguez. Los tres coinciden en la importancia de que los más pequeños estén “entretenidos”, y que no solo se trata de mantener la actividad curricular, sino de “hacer actividades lúdico educativas, pues muchas veces las estadías son cortas”.
Como subraya Carmen Gallego, “están en un medio hostil para ellos, separados de sus amigos y hermanos; y tienen una persona que no tiene nada que ver con el ámbito sanitario, y van perdiendo el miedo”. Y José Luaces incide en como esta maestra “participa conjuntamente en humanizar las plantas con diversas cuestiones temáticas”, como la actual que se dedica al espacio, construyeron con los niños una nave espacial, y trabajaron en conocer todo el relacionado con los planetas y las estrellas.
Profesionales sanitarios, colaboración continua
Relacionado con esto, la maestra Sheyla Martínez, destaca la importante “coordinación de todos los profesionales en el abordaje de los niños y niñas”, y añade que sin los sanitarios de la planta tampoco sería posible acondicionar los espacios, “todos se implican en la temática que se decida”. Así, Sheyla Martínez explica que a primera hora llega y valora la situación de todos los niños hospitalizados, “veo que alternativas puedo emplear con los que están aislados, juegos que se puedan limpiar, o material que ya no tengan que devolver, que quede para ellos”.
Organiza la actividad según las edades con los niños que pueden y van voluntarios al aula. La labor abarca lo lúdico y el curricular según el niño. “Pienso que esto es el más complejo, ya que en la enseñanza común cuentas con esos niños todo el año, son de las mismas edades, y con todos haces cosas semejantes; aquí puedes tener un niño de tres años y otro de doce al mismo tiempo. La planificación es diaria y tienes que aprender a incorporar la improvisación”, explica.
“La primera mitad de la mañana está más relacionada con la actividad curricular, la escritura o la pintura, con elementos distintos para que no se aburran; si un día hacemos témpera, al otro día con pegatinas de base o con otros materiales. Un niño ha ilustrado un cuento”, ejemplifica. “Trabajamos mucho con las emociones, se trata que se diviertan activando la creatividad y la imaginación”. La segunda parte de la mañana hacen juegos de mesa y en equipo, retos de lógica e incluso actividades en la línea de las escape.
Por ejemplo, trabajan aspectos relacionados con el Día Mundial del Clima, o este mismo mes, con el día de la Mujer , o creando atmósferas de Nadal, de carnaval, la actual del espacio, o la que comenzarán a la vuelta de la Semana Santa, aprovechando la llegada de la primavera.