Escribo este artículo cuando los gobiernos locales llevan ya diez meses de actividad, un tiempo suficiente para identificar fortalezas y debilidades, y para proporcionar los datos necesarios que identifiquen el rumbo y proyecto de ciudad. Sin embargo, en Ferrol resulta difícil hacer este análisis.
Creo que si nos tomamos la molestia de leer en la prensa local lo que se dice y hace desde la plaza de Armas, llegaremos a dos conclusiones. La primera es que se guardan las formas y no hay escándalos ni hechos especialmente criticables, aspecto positivo que no debe extrañar dado el talante de las veinticinco personas que integran la corporación local; mejor así, porque en España estamos muy bien servidos de
broncas y no necesitamos más gladiadores en el circo.
Lo segundo es que nos hemos instalado en el día a día. La oposición denuncia lo que a su juicio son errores e incumplimientos y el gobierno enumera lo que considera logros, pero casi todos son asuntos de una importancia relativa o menor, y esto es lo verdaderamente preocupante, porque hablamos de un gobierno municipal con mayoría absoluta y que con la reciente Ley de Grandes Ciudades, puede aprobar determinados asuntos en Comisión de Gobierno sin llevarlos para su aprobación al pleno municipal.
Además, suma ocho trabajadores de libre designación a sus trece actas conformando un equipo de trabajo de veintiuna personas, algo nunca visto en Ferrol. Sirva a modo de comparación que el anterior gobierno socialista sumaba trece personas (ocho concejales y cinco trabajadores de libre designación). Hay algunos concejales que a fecha de hoy no han enviado ninguna iniciativa al pleno para su debate y aprobación, y sospecho que a estas alturas pueden haberse perdidos los fondos Next Generation destinados a dotar de contenidos el castillo de San Felipe.
Es probable que tras Semana Santa presenten el presupuesto para 2024, que estaría en vigor en verano. Habrá que analizarlo y prestar atención a como trata los asuntos relativos al Convenio con Defensa, pero el comité de empresa del concello ya ha manifestado su desacuerdo con el Capítulo 1 (referente a Personal) por entender que mantendrá las carencias de personal y la imposibilidad de mejorar los servicios y la atención a los vecinos.
Finalmente, quiero volver a una idea preocupante que ya expresé hace semanas. Nadie discute que Alberto Núñez Feijóo está inmerso en una ofensiva nunca vista contra el gobierno central, con el objetivo de que se rompa la coalición que lo sostiene y convoque elecciones en otoño. En este contexto a nadie debe sorprender que los contactos de las administraciones locales gobernadas por el Partido Popular con la
administración central estén bajo mínimos ¿Qué ocurrirá si Pedro Sánchez Castejón resiste? Pues que habrá que iniciar esos contactos, pero con más de un año de retraso, y sospecho que es eso lo que ocurrirá, con el evidente perjuicio para los intereses de nuestra ciudad.