¿Desfilarán los rusos por la Castellana?

Enrique Barrera Beitia

Ferrol es una ciudad con funciones militares tan obvias, que sorprende lo poco que se comenta en redes y medios públicos la guerra en Ucrania, No se trata sólo de empatizar con una población que muere y sufre, o del deseo más utilitarista de terminar la guerra para que la economía europea crezca más. Me refiero a lo que círculos interesados están deslizando estos días: que tras una victoria rusa que muchos ya dan por inevitable, estalle la tercera guerra mundial.

Desde el convencimiento de que los aliados de Kiev no pueden colapsar su economía ni mantener el ritmo de asistencia militar a Ucrania, el gobierno ruso vienen proclamando desde diciembre que sólo aceptará una rendición incondicional. Sobre cómo piensan finiquitar la guerra se ha producido una filtración interesante que está teniendo mucho recorrido. El pasado 12 de enero el diario sensacionalista Bild
publicó un documento clasificado de los servicios alemanes de inteligencia denominado «Alianza Defensa 2025», y que podemos resumir de la siguiente manera: en febrero Putin movilizará otros 200.000 soldados en Rusia para participar en una ofensiva estratégica y ocupar la orilla este del rio Dniepper.

He leído en las ediciones digitales de Lenta, Argumenti y Fakti, Izvestia y Konsomolskaya Pravda (periódicos rusos)) que Ucrania todavía tiene equipo y tropas para provocar un alto coste a las unidades rusas si estas atacan ya abiertamente. El mando ruso considera en concreto que en el entorno que abarca Kupiansk, Kramatorsk, Sloviansk y Kostantinovka, los ucranianos han concentrado lo mejor que les queda, conscientes de que es el punto de ruptura más lógico. Esto hace pensar en intensos bombardeos para erosionar la resistencia ucraniana desde marzo a junio, y desarrollar la ofensiva entre julio y septiembre. Este calendario tiene su lógica política, porque el Kremlin no quiere imprevistos que compliquen las elecciones presidenciales que se celebrarán entre el 15 y el 17 de marzo, en las que está previsto un arrollador triunfo de Putin. Además, si todo sale bien, el objetivo operacional (y puede que estratégico) se producirá sólo 40 días antes de las elecciones presidenciales de EE.UU, y ahí sí que Putin quiere interferir a favor de Donald Trump.

Lo que alarma a los analistas occidentales es que los presupuestos rusos apuntan a un escenario de guerra … ¡hasta 2025! y esto da pie a que el informe alemán terminé hablando de que Rusia atacará a la OTAN.

Esta hipótesis me parece descabellada, y recurriendo a la navaja de Ockham, el conocido principio de parsimonia que dice que la explicación más probable es la más sencilla, creo los presupuestos rusos buscan acumular los recursos necesarios para capturar en 2025 la región de Odesa, profundamente rusófila. El pasado 13 de diciembre Putin dijo “Odesa es rusa”, y dado su carácter no es creíble que tras
decir esto renuncie a incorporarla. Si lo hace, la Federación Rusa haría frontera con Transnitria, la región de 4.000 kms2 y 500.000 habitantes ansiosos por unirse a la Madre Rusia. Oficialmente forma parte de Moldavia aunque funciona como una entidad independiente desde 1990 bajo el paraguas de 1.500 soldados rusos estacionados en su territorio. Recordemos que el resto de Moldavia (33.000 km2 y
2.000.000 de habitantes) no forma parte de la OTAN en el momento en que escribo este artículo pero… ustedes ya me entienden.

 

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