Ángel Mato, debería aceptar que un alcalde que no sirve, no vale para nada…

José Carlos Enríquez Díaz

Hace pocos días Ángel Mato  tacha de «fraude» a los ferrolanos la designación como senador de Rey Varela, quien «no quería ser alcalde«.

El exalcalde de Ferrol, el socialista Ángel Mato, ha considerado «un fraude» a los ferrolanos el nombramiento del actual regidor de la ciudad, el popular José Manuel Rey Varela, como senador por designación autonómica.

Un gobierno que contaba con algunos «vividores de la política» no puede dar lecciones de nada…

Es bueno para los ferrolanos que Ángel Mato regresara a su puesto de trabajo como responsable de Seguridad y Salud en Bioetanol Galicia, perteneciente a Abengoa, en Curtis. Un licenciado en Química pero que al parecer no tuvo nada de eso, de «mucha química» para al final quedar su grupo como quedó. La política no es terreno para pusilánimes y mucho menos en tiempos de crisis. Ver dudar a un oficial en el campo de batalla es el anticipo de un fracaso seguro y en un espacio, el de la política, en el que valores son el combustible de una máquina diseñada para gobernar, la firmeza, y la resolución son cualidades que proporcionan seguridad a los ciudadanos. Esta cualidad es esencial en tiempos de crisis, y está precisamente ausente del discurso y del relato político occidental actual. Winston Churchill es, quizá, el principal representante de este valor. Su determinación en la lucha de un pueblo contra la barbarie le llevó precisamente a ejercer su liderazgo desde la firmeza.

Ángel Mato debería comprender también después de su fracaso electoral que un buen  líder político actúa conforme al diálogo, no a la imposición. Su autoridad en este sentido es más moral que ejecutiva porque realmente convence tanto a sus seguidores como incluso a sus adversarios. Muhatma Gandhi es el símbolo perfecto de esta cualidad. Su simple influencia moral le bastó para derrotar a un imperio basando su victoria en principios irreductibles frente al autoritarismo.

A menudo observamos cómo los políticos se asemejan cada vez mása  actores del Club de la Comedia en sus mítines. No se trata de eso, ni de ser simplemente gracioso. Se trata de empatizar con aquellos ciudadanos que, a pesar de no estar pasando por una buena situación, consiguen llamar su atención y visualizarse como la solución a ese problema. Esta característica es quizá la más etérea del liderazgo político pero, sin duda, es la más importante en el siglo de lo audiovisual, de lo inmediato, de lo intangible. A John Fitzgerald Kennedy simplemente le bastaba un gesto, una mirada para transmitir una idea, pero también era capaz de captar los sentimientos de sus ciudadanos y convertirlos en su trabajo: la política.

Se han cumplido este martes, día 5, los primeros ochenta días de un gobierno local encabezado por el popular José Manuel Rey Varela, y a veinte para que se llegue a los cien días período que suele concederse a todo nuevo político para ver como ha sabido iniciar su mandato y lo que ha hecho en ese, este, tiempo. Y cabe recordar que se comprometio al final de esos cien días a presentar una auditoria de lo realizado.

Afirmaba Rey Varela: “En los 100 primeros días de mi mandato: nombraré a mi gobierno para comenzar a trabajar por Ferrol desde el minuto uno, abriremos el ayuntamiento a los vecinos y aprobaremos unos presupuestos.”  “En los 100 primeros días de mi mandato: nombraré a mi gobierno para comenzar a trabajar por Ferrol desde el minuto uno, abriremos el ayuntamiento a los vecinos y aprobaremos unos presupuestos.”

Así pues, Rey varela comienza su mandato sin mentiras. Aprobando un presupuesto municipal 2023 para poder echar adelante los impagos pendientes, las promesas incumplidas, los convenios aprobados pero no firmados. Reapertura de los comedores seniors empezando por el de Río Xuvia, la parada de taxis en la plaza de Armas, ascensores en el parking del Cantón y Mercado de A Magdalena, aparcamientos disuasorios, eliminar las cámaras recaudatorias en Tierra y Rubalcava, en estudio el pasar de nuevo a 50 km/h. en Catabois, avenida Esteiro y Carretera Castilla tan solicitado por los ciudadanos que tienen que pasar todos los días con velocidad de entierro…, autorizar la licencia de obras para la nueva residencia de Mayores en O Bertón, roza mecánica en la zona rural, gestionar que la Xunta continúe con el Plan Resurbe en Ferrol Vello, gestionar la adjudicación por la Xunta del nuevo colector del Rio Sardiña en Serantes, apertura de la bibiloteca municipal por las tardes.

Quisiera  recordar las palabras de Rey Varela Rey Varela en la pre campaña: «Tenemos la obligación moral de ofrecer una alternativa al desgobierno de los últimos años. Somos la alternativa para unir a los que creen que Ferrol se merece y necesita un Gobierno mejor. Por eso, iniciamos el mayor proceso participativo que se ha dado en la ciudad jamás, este proyecto no es de un partido, sino de la ciudad, es un punto de encuentro de los ferrolanos para no perder ni un minuto más y devolver a Ferrol la ilusión y esperanza”.

La filosofía de trabajo de Rey Varela se basa en el esfuerzo y la humildad para mejorar nuestro municipio. Tenemos suerte de que en el partido municipal todos los integrantes tengan su propio trabajo.

 Para Rey Varela la etiqueta política pasa a un segundo lugar y antepone la calidad de vida el bienestar de los ciudadanos. Un alcalde como él sabe trabajar y colaborar con la oposición tratando de llegar siempre a un consenso amplio en todos los proyectos. Un buen alcalde tiene que ser como un buen médico de familia, que tenga tiempo de auscultar a su enfermo (su ciudad) antes de elaborar un diagnóstico, para no curar superficialmente pero sí, en profundidad, los orígenes de la enfermedad.

Un buen alcalde tiene que saber gestionar, ser un buen árbitro, ya que tendrá que tomar decisiones sobre «prioridades» en detrimento de opiniones adversas de conciudadanos. Ser fiel con las metas (proyectos) pero realista respecto a las formas de lograrlo, y que las inversiones no sean «obras de arte» sino inversiones prácticas.

Rey Varela ha sabido rodearse, delegar, confiar en su equipo y funcionarios, con el fin de asegurarse el mayor tiempo posible para desarrollar las labores anteriormente citadas, sin olvidar de reflexionar sobre las opciones posibles y meditar sobre el sentido de su misión.

Con su actuación de sus primeros días de alcalde, José Manuel Rey, se está revelando a los ojos de sus conciudadanos como un alcalde con mayúsculas, que no duda en poner los intereses de la ciudad que lo ha elegido, por encima de los de su partido, con las consecuencias que ello pueda suponerle.

 

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