La alianza por la seguridad Vial (ASV), que preside Teófilo de Luis y que está integrada por diversas asociaciones y empresas relacionadas con la movilidad, ha elaborado un informe sobre la seguridad en las carreteras convencionales en las que se producen el 73% de los fallecimientos por accidentes, fundamentalmente debidos a choques frontales y laterales, según datos de la DGT del año 22. Se detallan una serie de medidas para evitarlos entre las que se encuentran una mayor vigilancia y control por parte de las autoridades; una formación específica de los nuevos conductores para este tipo de carreteras que se exija en el examen práctico; restricciones a la circulación de vehículos pesados en determinados tramos e instalación de barreras de seguridad para la protección de motociclistas (SPM).
Los datos de la Dirección General de Tráfico revelan que en el año 22 aumentaron las personas fallecidas en carreteras convencionales hasta un 5% con 247 fallecidos en colisiones frontales y 132 en colisiones laterales. Se registraron 480 víctimas mortales en siniestros por salida de vía; fallecieron 68 peatones, 39 ciclistas y 175 usuarios de motos y ciclomotores en vías convencionales. “Frente a esta realidad«, dice el informe de ASV, urge poner en marcha un Plan Específico de Seguridad Vial en este tipo de vías, cuya extensión representa el 90% del total de la red de carreteras española (148.135 kilómetros de los 165.577 que suma la red viaria interurbana) y por la que transita el 40% del tráfico.
El informe hace un diagnóstico previo destacando que se trata de carreteras donde, por lo general, no existe una separación física entre sentidos y existe riesgo de choque frontal o lateral; no hay segregación de usuarios, lo que trae consigo conflictos debido a la diferencia de tamaños, masas y velocidades de los vehículos y peatones; existen accesos muy próximos, poco separados entre sí lo que origina el aumento del índice de siniestralidad; este tipo de vías cuentan con menos elementos de vigilancia y control que las de gran capacidad.
Se trata de una red muy heterogénea, tanto en la funcionalidad de las vías, como en el tráfico, ya que engloba carreteras con intensidades medias diarias de varios miles de vehículos y otras con unos pocos cientos. El diseño también presenta grandes diferencias en términos de anchura de carriles y arcenes, despeje lateral, radios de las curvas, etc. Una parte muy significativa de este tipo de vías pertenece a redes de segundo o tercer nivel, que presentan unos niveles de inversión en conservación sensiblemente inferiores a las redes principales.
Recomendaciones y buenas prácticas:
Usuarios
-Extremar la prudencia y la observancia a las normas de circulación. Las vías convencionales son espacios de mayor riesgo que las de gran capacidad.
-Evitar su utilización con climatología adversa y mala visibilidad siempre que sea posible y en todo caso extremar las precauciones, especialmente los conductores noveles o aquellos cuya capacidad de respuesta sea menor por determinadas circunstancias.
-Respecto a los usuarios vulnerables (peatones, motociclistas y ciclistas), aumentar su visibilidad durante los desplazamientos nocturnos y en condiciones de baja visibilidad y tratar de evitar los desplazamientos en dichas condiciones. Extremar la precaución por parte de los usuarios de turismos para proteger a los usuarios vulnerables.
-Es necesario que en la formación de los nuevos conductores se contemple la circulación por carreteras convencionales. Por ello, entre otras razones, es oportuno que en la fase de formación se establecieran unos contenidos mínimos que deberían ser acreditados por quien correspondiera para ser incluido en el expediente del alumno/a como requisito para la realización del examen práctico.
-El usuario-conductor es determinante para lograr una conducción segura en cualquier entorno y circunstancia y así debe asumir su responsabilidad. Pero también es oportuno reclamar un mayor control sobre la observancia de las normas de circulación por los procedimientos que se consideren necesarios: mayor presencia de la autoridad o el control mediante radares fijos, móviles o de tramo o cualquier otro procedimiento basado en la conectividad del vehículo.
-Incorporar el concepto de Sistema Seguro en el diseño de las infraestructuras viarias y análisis de la siniestralidad en intersecciones de la red convencional.
-Allí donde se produzca un aumento del riesgo, por una mayor frecuencia de siniestros viales, se recomienda adoptar medidas que eviten en lo posible colisiones frontales y frontolaterales. Tal es el caso de las carreteras 2+1, donde se alternan los tramos con dos carriles por sentido para facilitar el adelantamiento sin necesidad de invadir el sentido contrario.
-Restricciones a la circulación de vehículos pesados en determinados tramos de carreteras convencionales con problemas de siniestralidad, siempre que exista una alternativa de alta capacidad.
-La evolución tecnológica hace posible la obtención de información útil para la mejor gestión de la vía, incluida la información obtenida a través de la movilidad conectada.
-En aquellos puntos del trazado que representen un mayor riesgo, especialmente para ciclistas y motociclistas, por su mayor vulnerabilidad, considerar la instalación de señalización y equipamiento específico para mejorar la seguridad de estos colectivos. En dichas localizaciones se recomienda la instalación de barreras de seguridad con sistemas de protección de motociclistas (SPM).
-Considerar a los usuarios de edad avanzada, tanto conductores como peatones o ciclistas, en todas las fases de la vida útil de las infraestructuras viarias.
-“Las carreteras que perdonan”, aquellas que cuentan con los medios para minimizar daños en casos de una salida de vía (el 38% de los fallecidos en vías interurbanas), deben ser una prioridad. En este sentido, la instalación de sistemas de protección para motociclistas (SPM) se considera una medida de gran importancia.
-Aplicación de la Directiva europea 2019/1936 a toda la red de carreteras. Auditorías e inspecciones de seguridad vial y la evaluación de la seguridad del conjunto de la red son algunas de las medidas de probada eficacia que actualmente solo se aplican en la red de alta capacidad o en carreteras principales, que son precisamente las que registran mejores cifras de siniestralidad. Prestar especial atención a la seguridad de los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas, motociclistas) durante la realización de las inspecciones y auditorías de seguridad vial.
-Optimización de la gestión del tráfico mediante herramientas como Big Data, la Inteligencia Artificial y la movilidad conectada y autónoma.
-Gran parte de la red convencional discurre por una orografía ondulada o montañosa, con pérdidas de visibilidad y trazados sinuosos, lo que exige una conducción atenta por parte del conductor. Se da la circunstancia de que precisamente este tipo de carreteras son las preferidas por determinados usuarios como ciclistas y motociclistas, por lo que los conductores del resto de vehículos deben extremar las precauciones.
Vehículos
-El adecuado estado del vehículo es un factor determinante en beneficio de un tráfico más seguro y limpio, por lo que, ante un incremento de desplazamientos, resulta imprescindible comprobar su correcto funcionamiento.
-La vigilancia sobre el estado del vehículo obliga a un mayor celo en función de la antigüedad del mismo, asegurando su adecuado funcionamiento y su capacidad de respuesta ante una situación comprometida.
-Con carácter general, la imprescindible observancia de los plazos de la Inspección Técnica de Vehículos.
El estudio ha sido realizado por AEC – ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE LA CARRETERA; ANESDOR; CNAE; STOP ACCIDENTES; LA NUEZ.