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La alimentación saludable como base sólida y la alimentación antiinflamatoria en la fibromialgia protagonizaron este martes, día 4, la charla del nutricionista del área Sanitaria de Ferrol, Celso Abella del Valle, en la sala de juntas del centro de salud de Narón ante integrantes y personas implicadas con la Asociación Affinor y en la que estuvo presente el subdirector de Humanizaciñon y Atenciòn a la ciudadanía. Celso Abella, que actualmente ejerce su labor en el centro de salud Fontenla Maristany, insistió en que “no hay una alimentación concreta para la fibromialgia, pero sí alimentos que ayudan a minimizar los síntomas más habituales”.
Así, Celso Abella respondió a todos los interrogantes de las personas asistentes e incidió en tres cuestiones básicas: Seguir una alimentación equilibrada para construir una base saludable; saber combinar los alimentos; y potenciar la alimentación rica en antioxidantes, como las vitaminas C y Y, el Betocaroteno, y el selenio, o un buen aporte de calcio, magnesio, triptófano, Omega 3 o azúcar natural. “Hay que tener un orden alimentario a lo largo del día y de la semana, con cinco o seis ingestiones según el horario, vida y circunstancias de cada uno; y evitar alimentos encausados. Cuantos menos ingredientes en la etiqueta, mejor”, explicó.
Otra de las cuestiones que quiso subrayar fue la adaptación individual de las medidas alimentarias a cada caso y a sus circunstancias, ya que no es lo mismo la alimentación de una persona con diabetes que la de una con anticoagulantes o hipotiroidismo; y pidió especial cuidado con los diferentes alimentos y su interacción con los medicamentos. Junto con esto, también, incidió en la importancia de un buensueño, ya que es un elemento clave para la regeneración celular. Establecer una rutina estable para ir a la cama y a la misma hora, tras una cena moderada cuando menos un par de horas antes. “En la cama ni se trabaja ni se ve la televisión”, enfatizó. Se puede hacer ejercicio moderado tres horas antes de ir a dormir; se debe mantener el cuarto fresco silencioso y a oscuras; y se pueden adoptar medidas relajantes antes del sueño, como música muy suave e instrumental, sin letra.
Alimentos para cada síntoma
El nutricionista hizo referencia a cada una de las síntomas más habituales de la fibromialgia y fue facilitando pautas alimentarias para cada uno de ellas, como, por ejemplo: el dolor de cabeza (disminuir consumo de alimentos con aditivos alimentario), el dolor menstrual (potenciar la ingestión de pescado e infusiones relajantes), el trastorno del sueño (ingestión de cereales integrales y verduras de hoja verde), sequedad en la boca (hacer ejercicios linguales y potenciar la salivación mediante la menta), la diarrea (no consumir vegetales crudos), o, por el contrario, el estreñimento (beber agua en ayuno).
En el marco de la combinación de los alimentos, habló también de estrategias para aprovechar mejor los nutrientes que ayudan, por ejemplo, a absorber mejor el calcio, como el Manganeso, presente en almendra, mejillones o pistachos; el magnesio de cacahuetes y garbanzos; la vitamina B12 del pescado a leche y los huevos; la vitamina D del atún fresco o las sardinas; la Vitamina K de los espárragos el repollo o el brécol; y el Zinc de pescados, judías y nueces.
Le facilitó a las personas asistentes un listado de alimentos favorecedores de cada uno de los nutrientes y ejemplos de combinación de los mismos, además de diferentes modelos de dieta. Concluyó con la insistencia inicial, que “las pautas generales son las de una buena alimentación equilibrada y sana, en la que se potencien los alimentos antioxidantes y la adaptación individual”.
