El escritor ferrolano Héctor J. Castro (Ferrol 1988) presentó en el Casino Militar de Sevilla “Sol de Sangre, los Combates de Cagayán”, fue acompañado por la doctora ferrolana María Fidalgo Casares miembro de la Academia Andaluza de la Historia y prologuista de su penúltimo libro. Héctor J. Castro fue invitado por el Centro de Historia y Cultura militar Sur y el Tercio de Olivares, muy conocedores de la obra del escritor.
Héctor J. Castro
Héctor J. Castro nació en Ferrol en 1988 en el seno de una familia de ajedrecistas y creció leyendo novela histórica, devorando cómics y jugando a partidas de rol, influencias claras de sus libros.
Como escritor comenzó a edad muy temprana. Ganó un primer premio escolar de literatura en el Día das Letras Galegas, y su relato «El País del Sol» quedó finalista en el certamen de Letras Cervantinas, en Madrid. Se dedica desde hace años al modelismo de miniaturas y escenas militares. En 2020 ganó el Premio de Narrativa de los Tercios y en 2022 se le otorgaba el Premio Artabro, de Galicia Ártabra. Tras la Trilogía “El Siglo del Acero”, escribió la Historia de María Pita “Días de Infierno y Gloria”, su última novela es “Sol de Sangre «y acaba de publicar un libro de relatos “ Caballero de Fortuna” en HRM Ediciones. «Sol de Sangre» es una obra de un escritor maduro, con un dominio del lenguaje elevado y un gran pulso narrativo. “El recurso de escribirla en segunda persona, de gran dificultad y que desconcierta al lector, es uno de sus logros” ha valorado Ponte Far.
La generación Alatriste
Según Fidalgo, Héctor J. Castro, David Nievas o Dativo Donate pertenecen a lo que se conoce como «la generación Alatriste», jóvenes que tras leer las novelas de Pérez Reverte quedaron atrapados para siempre por la magia de los tercios y dos décadas después está dando frutos de relieve. En este caso, el relato novelado de los combates de Cagayán en los que dos culturas guerreras, la española y la japonesa, se enfrentaron en 1582. Sobre el tema enfoques erróneos han presentado un enfrentamiento entre soldados de los tercios y samuráis que no fue tal. Por esta razón, según Fidalgo, la obra de Héctor Castro, exhibe un doble valor: el puro disfrute de la novela de aventuras y el
arrojar luz sobre un tema tan falseado.
Castro fue desglosando los pormenores de la ejecución de la novela, su proceso de documentación, y todas las influencias literarias y
cinematográficas que sobrevuelan sobre ella.
También ponderó la hondura de los protagonistas maduros. “Juan Pablo de Carrión en el ocaso de su vida, acepta la misión sabiendo que es su última oportunidad de redimirse. Fracasó en todos sus intentos por alcanzar la fama, y ahora recapitula y teme por la salvación de su alma. La llegada de esta imprevista y última aventura: capturar o derrotar al pirata japonés Tay Fusa, le permitirá recuperar la
honra perdida por el camino». “Es una historia de lealtad y de superación, en la que una tropa formada por gentes tan diversas —españoles peninsulares, criollos mejicanos, tlaxcaltecas, tagalos y sangleyes— han de dejar a un lado sus diferencias y trabajar juntos”.
Hispanistas en el ostracismo cultural de Galicia
Fidalgo se lamentó del nulo respaldo en Galicia a Castro, por parte de las autoridades responsables de la cultura. También lo extendió en general a los autores que escriben en castellano y especialmente a los hispanistas, condenados al ostracismo en la cultura oficial. “Por ello, es portentoso que Héctor J, Castro, de forma independiente, sin apoyo institucional y casi “luchando contra los elementos”- parafraseando a Felipe II- esté enhebrando una carrera literaria de tan alto nivel”