2023: El año de Feijóo

Gabriel Elorriaga F. Ex diputado y ex senador

Coincido con Barreiro en casi todo, excepto algún matiz en relación con Fraga Iribarne, originado, pienso yo, por las diferentes circunstancias en tiempo y espacio en las que ambos trabajamos cerca de una personalidad tan excepcional. Pero lo más importante del libro, en cuanto pronóstico, es que el autor cree muy probable que Alberto Núñez Feijóo sea el próximo presidente del Gobierno de España. En caso de producirse este pronóstico no se trataría de un simple relevo de titular sino de un cambio histórico sin ruptura de legitimidad,

Al analizar este futurible hay quienes discuten a Feijóo el carisma que mueve emocionalmente a las masas. Es un error confundir a los líderes políticos con los ídolos carismáticos. El líder político es aquel que tiene autoridad por una trayectoria pública capaz de suscitar convergencia, confianza y esperanza en grado superior a los ídolos publicitados superficialmente pero incapaces de afrontar con realismo los retos de la gobernabilidad.

Las circunstancias que marcarían la llegada de un líder como Feijóo a la Presidencia del Gobierno en el tenso año electoral que será 2023 trae consigo distintas maneras de entender la política que no provienen de factores ideológicos sino de su edad y de su experiencia. Iniciaría su gestión con sesenta y un años, edad muy adecuada para asumir responsabilidades de Gobierno en una gran nación. Curiosamente esta madurez lo sitúa como el más veterano de los presidentes de la Transición. Ello hace pensar que España impulsó su trayectoria democrática con el paso ingenuo y desenfadado de gentes muy jóvenes que creyeron que la buena intención inicial era suficiente para mantener el camino abierto y seguro. Esto permitió que cada nuevo presidente cortase desde sí hacia abajo los recursos humanos más valiosos de varias generaciones. Feijóo estará en condiciones de corregir este estúpido genocidio y, diez años más o diez años menos, podrá movilizar las capacidades más competentes para afrontar los problemas de una época difícil. Su experiencia como político y como funcionario podrá superar este grotesco espectáculo de improvisadores y negociadores llegados al poder sin conciencia ni haber pisado los pasillos de la administración ni los círculos del emprendimiento privado.

Circunstancias como las aceptadas por Pedro Sánchez de formar una coalición de Gobierno con una minoría anticonstitucional y antisistemática y de una asociación de intercambios tóxicos con independentistas antiespañoles no son imaginables en la base electoral de Feijóo o de quienes pudieran complementarla si hubiera menester. Por ello su llegada al Gobierno supondría la regeneración de nuestro sistema constitucional y la recuperación de los valores humanos propios de una sociedad europeísta, liberal y moderada.

Desplazar al sanchismo del Gobierno será en esta ocasión un cambio por encima de la disyuntiva izquierda-derecha, como es consolidar la cuestionada unidad de España y potenciar el parlamentarismo pluralista. Respetar la división de poderes y los principios jurídicos de un Estado de Derecho coronado por una monarquía intemporal. Significaría acabar con la aberración jurídica de legislar para favorecer a delincuentes concretos a cambio de apoyos parlamentarios. Este cambio demanda el amplio apoyo de los españoles con una visión generosa en las grandes convocatorias de 2023: elecciones municipales y autonómicas y elecciones generales. No es incompatible esta movilización regeneradora con las características propias de un proyecto de partido creyente en la economía de mercado, la menor presión fiscal, seguridad y orden público que definen una política de centro reformista, consecuente con el estilo propio de Alberto Núñez Feijóo quien, como cree Xosé Luis Barreiro, tiene “todas las de ganar” en este año 2023 que estamos iniciando.

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