Quince alumnos del Programa Formativo Básico del IES Catabois están en este trimestre realizando parte de su preparación en las instalaciones del Grupo JRilo, gracias al convenio suscrito por la empresa ferrolana con las Consellerías de Educación y Promoción do Emprego e Igualdade, que son las que regulan esta enseñanza reglada.
El programa, que tiene como objetivo la inserción laboral de personas con dificultad para acceder a un puesto de trabajo, permitirá a los participantes obtener una certificación profesional de nivel 1 en la especialidad de mozo de almacén.
El alumnado alterna sesiones en el centro educativo en las que reciben conocimientos generales en materias como lengua o matemáticas, con otras en la planta que el Grupo JRilo tiene en Catabois, en las que se imparten nociones teóricas y aspectos prácticos del desempeño profesional.
Una vez que concluya este primer trimestre, los participantes en el programa realizarán seis meses de prácticas en varias empresas de la zona. El éxito del programa está avalado por un índice de inserción directa del 33%, pero sus logros van más allá, pues permiten abrir el mercado laboral a personas que en otras circunstancias tendrían muy complicado el acceso a un puesto de trabajo.
En palabras de Sonia Prados, preparadora laboral del IES Catabois, juegan un papel importante empresas como el Grupo JRilo, que “son capaces de romper estereotipos y tabúes y que, además, se muestran especialmente sensibles con las situaciones personales de los alumnos”. Al final, en torno al alumnado se acaba tejiendo una red de apoyo social que trasciende el plano estrictamente académico.
JRilo participa en casi una decena de acciones formativas
Los alumnos del IES Catabois no son los únicos que en este 2022 han pasado por las dependencias del Grupo JRilo, que también participa activamente en otros proyectos. De hecho, la empresa fue pionera en la comarca en la implementación de los ciclos de FP Dual. Tan elevado es su grado de satisfacción con el programa, que ha ido aumentando progresivamente una implicación que actualmente se traduce en dos acciones cooperativas con el CIFP Rodolfo Ucha, Proyectos de edificación y Administración y Finanzas, y otras tantas con el CIFP Ferrolterra, Electromecánica de maquinaria y Mantenimiento y montaje mecánico de equipos industriales.
Gracias a ellos, cinco alumnos de estos centros han realizado prolongados periodos de prácticas en algunas de las líneas de negocio del Grupo JRilo, Recinor, Rilo Maquinaria y Prosema.
Los convenios educativos no solo se circunscriben a la comarca de Ferrolterra, sino que también se desarrollan en Ponferrada, ciudad en la que el grupo cuenta con una división de Recinor y otra de Rilo Maquinaria y en la que colabora con el IES Virgen de la Encina con una formación en el puesto de trabajo.
“Las empresas debemos tener una actitud proactiva para contar con más presencia en los centros educativos” asegura Luis Rilo, director general corporativo del Grupo Rilo, para quien, desde el punto de vista empresarial, cualquier tipo de acción en este sentido “es una inversión”.
“Queremos que los jóvenes nos vean como una buena opción laboral de futuro, que quieran trabajar en el Grupo JRilo” y una forma de conseguirlo es dando a conocer la empresa y su filosofía entre los potenciales trabajadores. Acudir a los centros de cualquier etapa educativa y contribuir a formar a los alumnos es una manera también de tratar de captar su talento. De hecho, en más de una ocasión estos contratos en prácticas han supuesto la posterior contratación de los alumnos.
El compromiso en términos educativos va más allá de las enseñanzas regladas, colaborando también con academias como London y, sobre todo, con entidades sociales de la comarca. Una de ellas es Cáritas Diocesana, con quien coopera en su programa de empleo con más de 500 horas de formación, repartidas entre un curso de Reformas de interiores y revestimientos y una acción formativa en el puesto de trabajo de auxiliar de almacén.
“Para nosotros”, apunta Luis Rilo, “se trata de una cuestión de responsabilidad con la comarca. Implicarnos en la formación de los jóvenes y ofrecer salidas laborales de calidad es una forma de contribuir a la dinamización económica de Ferrolterra, pero también una manera de satisfacer esa obligación moral que sentimos hacia cualquier tipo de acción social, deportiva o cultural que implique mejorar la vida de sus habitantes”