José Carlos Enríquez Díaz
El PP de Ferrol denuncia que Mato perdió en 2021 «cerca de 160.000 euros» para arreglar aceras y baches.
El concejal popular José Tomé denunció que la «falta de gestión del gobierno de Mato la siguen pagando todos los días, lamentablemente, los vecinos y vecinas de Ferrol». “No entendemos cómo es posible que estando tan mal las calles y vías de la ciudad, Mato perdiera cerca de 160.000 euros destinados al mantenimiento de viales de octubre a diciembre del 2021”. Llevan meses solicitando en la comisión de Urbanismo cuál había sido el grado de ejecución del contrato de mantenimiento de viales de octubre, noviembre y diciembre del 2021 y «la información se nos facilitó estos días y ahora entendemos el motivo». “Mato oculta que perdió el 53% del presupuesto del contrato de viales firmado para tres meses del 2021 por su falta de gestión y planificación”. “Para este año 2022 el contrato de mantenimiento de viales dispone de una partida de 900.000 euros y «sabemos que de enero a junio solo han gastado 398.000 euros, quedando todavía 500.000 euros sin invertir hasta diciembre». “Ahora a falta de menos de ocho meses para terminar el mandato Mato pretende sin orden ni concierto intentar lo que no supo o no quiso hacer en los últimos tres años”. Añade
Abandonar según el diccionario significa: Dejar, desamparar a alguien o algo. Pues parece que esto es lo que está haciendo Ángel Mato con Ferrol.
Algunos de nuestros políticos piensan que estarán mejor en la oposición porque así cobrarán sin dar golpe. Eso sí, en el primer pleno piden una subida de sueldo. Hay políticos que son ineficaces, indolentes, que no atienden las necesidades de la gente y creen que con cambiar cuatro aceras han justificado una legislatura.
Tenemos que terminar con otra de las grandes corrupciones de nuestro país… los vagos, los ineficaces, los inexpertos, los atrevidos inconscientes, los okupas vividores aficionados que vienen a instalarse cuatro años y a vivir del cuento, de nuestro país, de nuestros impuestos y detrás de la política.
Según la Wikipedia «la corrupción política se refiere al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado. Todos los tipos de gobierno son susceptibles de corrupción política. Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son el uso ilegítimo de información privilegiada, el tráfico, el patrocinio, y también los sobornos, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo, la impunidad, y el despotismo».
Pero hay otro tipo de corrupción política tan grave como la anterior, que es más sutil, más difícil de ver o medir y de la que nadie paradójicamente se ocupa, la corrupción que supone la malversación del tiempo por parte de unos pocos privilegiados llamados políticos, el despilfarro sin consecuencias de los recursos públicos derrochado en miles de errores cometidos y no asumidos, la inacción y la falta de capacidad, la nula habilidad o la falta de competencia por parte de miles de cargos electos que aspiran voluntariamente a dedicarse a la política pero que no desarrollan correctamente el cometido para el que ellos mismos se proponen y para ejercer las «POLITICAS» que les son confiadas.
Muchos de nuestros políticos no trabajan con la debida profesionalidad, quizá porque nunca lo habían hecho. Antes de entrar en la política, no sabían cómo hacerlo, no estaban capacitados, no se atrevían a tomar decisiones para no ofender a sus superiores o a su partido o para no perder votos futuros.
Este tipo de corrupción que se genera desde el ámbito personal y pensando solo en sí mismos o en su partido, es debido a su falta de ética, aptitud y actitud ante la vida, y así, lastra y mina la vida económica, social y política de España y la de los miles o millones de personas que les dieron su confianza y con ella la posibilidad de «hacer buena y eficaz política».
Es curioso como esta clase de políticos nos engañan y renuncian a utilizar la capacidad que tienen de mejorar el destino de su pueblo y de generar progreso para los ciudadanos que les votaron a cambio de mirarse su ombligo. Por ellos, ya es hora de que esas otras personas mejor preparadas, los políticos de verdad, los buenos políticos, íntegros, idealistas, con principios, los que realmente han demostrado aptitudes, actitudes, capacidades, habilidades y conocimiento, valores e interés, en aquellas áreas o departamentos, para los cuales también se proponen al querer mejorar la vida de los demás «políticamente», no les sean robadas por estos incompetentes.
Que fácil les ha resultado hasta ahora llegar al poder, solamente con indicar que venían con su mejor voluntad e interés, para hacernos el gran favor de dirigir nuestras vidas y destinos… ¡Qué mal los hemos acostumbrado! ¡Cómo han estado jugando al «Monopoly» y entre ellos, con el dinero de todos!
En una familia, empresa o colectivo, si los que tienen que gobernar y dirigir no lo hacen con profesionalidad, eficacia, les sobreviene el caos, el malestar y la penuria. Nuestra ciudad corre el mismo o peor riesgo con estos políticos irresponsables que hasta ahora hemos tenido, no se trata del signo que sea. No es una cuestión de derechas o de izquierdas o de arriba o de abajo, es una cuestión de entender y exigir que los valores, la seriedad, la ética, la profesionalidad, el rigor es lo importante y el anteponer el yo al tu o el nosotros al vosotros no conduce a nada bueno.
Según Aristóteles, definiendo las formas de gobierno, hay monarquía, aristocracia o democracia cuando el rey, una minoría o una mayoría gobiernan para el conjunto. Estas serían las formas naturales. En cambio hay tiranía, oligarquía o demagogia cuando un tirano, una minoría o una mayoría gobiernan para sí mismos. Estas serían las formas desnaturalizadas.
Max Weber distinguió entre los políticos que viven para la política y los que viven de la política. En el último caso, la ambición política deja de valer por sí misma y se rebaja al nivel de un valor instrumental al servicio del enriquecimiento.
La falta de ética en todos los ámbitos es un problema de fondo. Tenemos que tomar conciencia de que somos muchos, pero que conformamos uno solo, nuestra ciudad, nuestro Ferrol.
La culpa de los baches de Ferrol la tiene putin
Completamente de acuerdo. Pero también es culpa nuestra, que votamos a auténticos incapaces de neurona asintomática. Desde presidentes de gobierno sin estudios o con títulos más falsos que un concejal de urbanismo honrado, hasta funcionarios de correos cuyo único mérito es pegar sellos sin pegar palo al agua. Y con esas, tenemos por alcaldes a simples marqueses, peones de partido sin oficio ni beneficio que están contratados tan sólo para defender la marca en la ciudad.
Nos escandalizamos cuando a nuestros hijos se les pide una carrera, dos master y tres quinquenios de experiencia laboral para un puesto de barrendero… pero corremos felices a votar para gestor ciudadano a tipos que no han montado una empresa en su vida, que no han sido autónomos ni para conversar con Onán y cuya experiencia profesional en gestión y dirección de las cosas se reduce a manejar el volante del último cochazo que le ha regalado el partido.
Tenemos que ser más críticos y descarnados con todos aquellos paracaidistas que no han hecho nada remarcable en su meretriz existencia y hacerles sudar tinta china para ganarse el sueldo. Inmerecido las más de las veces.