En el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa de este miércoles, día 13 de abril, figura una disposición firmada por la ministra, Margarita Robles por la que se aprueba la denominación de Soldado Lois al vial existente en los jardines de Herrera, parte posterior del Palacio Capitanía General, zona dependiente del Ministerio de Defensa.
Tras ofrecer en el decreto una sencilla biografía del soldado Lois, y una muy breve historia del Palacio Capitanía se indica que procede dar el nombre del héroe del glorioso Cuerpo de Infantería de Marina cuyo lema “valientes por tierra y por mar” tan fielmente supo encarnar.
El soldado Lois daba nombre a una de las calles del Arsenal Militar de Ferrol, nombre que desapareció, junto con otros más, mediante una disposición publicada el 18 de marzo en el BOD ha acordado, mediante firma de la ministra Margarita Robles, señalando que el cambio de denominación de algunos lugares de dichas instalaciones de la Armada se efectuaba “ante la necesidad de optimizar la eficiencia en la organización del Arsenal para una mejor identificación física de sus diferentes organismos”.
El Soldado Lois
El héroe Manuel Lois García nació en Órdenes el 22 de mayo de 1912.El 13 de agosto de 1936, Lois es alta en el Grupo de Fuerzas de Infantería de Marina, de guarnición en el Ferrol.
El 2 de octubre pasa a servir en el crucero “Baleares”, asignándole como puesto de combate el de telefonista del cañón 4 de 120mm. Es el puesto que habría de ser testigo de la muerte de un héroe.
A las 10,15 del 7 de septiembre de 1937, navegando a unas seis millas de la costa argelina, los serviolas del “Baleares” avistan por la amura de babor una formación compuesta por cuatro vapores a los que escoltan los cruceros “Libertad” y “Méndez Núñez”, más siete destructores de la clase “Churruca”, convoy que al parecer, procede de Argel con importantes cargamento de material de guerra destinado a Cartagena y Alicante.
Sin importarle la clara superioridad enemiga, el “Baleares” maniobró con miras a batir los cruceros y a impedir el arribo del convoy a puerto.
A las 10,44 la artillería del “Baleares” rompió el fuego. A las 10,56 recibe el primer impacto del “Libertad” que deja sin corriente durante unos minutos las torres de proa y las direcciones de tiro y nueve minutos después se produce el segundo en la cara de proa de la chimenea. Uno de los cascotes penetra en la parte alta de la caja de urgencia, situada a babor, que contiene proyectiles iluminantes, incendiándose uno de los cartuchos y produciéndose la consecuente explosión.
El Comandante de la Batería, Alférez de Navío Miguel Pardo de Donlebun cayó herido y al observar que como consecuencia de la explosión los gases hinchaban la caja de urgencia, lo que suponía un grave peligro para el barco y su dotación, solicitó un voluntario para abrir la caja.
Manuel Lois García al oir la voz de su oficial, sin dudarlo un momento, concienciado del peligro que esto suponía tanto para el buque como para sus compañeros, corrió hacia la caja de iluminantes y liberó la única tuerca de sujeción que había. La puerta que se había quedado sin cierre alguno, se abrió violentamente a causa de la presión interior y una llamarada dio de lleno al Infante de Marina Lois el cual, quedó envuelto en llamas. Aún así, con absoluta decisión, cogió con sus manos el proyectil. Sus músculos que no le obedecían porque estaban absolutamente carbonizados hacen que se caiga al suelo, y aún así con su pecho empujó el proyectil el cual, rodó por cubierta y cayó al agua, pasando así el peligro.
Envuelto en llamas es auxiliado por un grupo de marineros que le quitaron la ropa y le llevaron a la enfermería, allí el propio Comandante del “Baleares” le diría:
“… Lois, cuando te pongas bien, te daré dos meses de permiso y un beso para tu madre”
A las 18 horas fallecía el bravo Manuel Lois García, mientras con lágrimas el Comandante le imponía sobre el cuerpo carbonizado del infante la Medalla Naval dándole el beso prometido.
La inmediata-y nunca más merecida-concesión de la Medalla Naval, fue oficialmente confirmada por Orden de 27 de noviembre del mismo año.
Y por su ejemplar sacrificio el 30 de mayo de 1939 le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando por su heroica actuación a bordo del “Baleares”.
Una magnífica noticia. Honor y gloria a los que dieron su vida desinteresadamente para salvar la de sus compañeros.
Hubiera sido un completo sinsentido haber borrado a ese ferrolano valiente de nuestro callejero. Y puede que no haya un lugar mejor que Capitanía para ello.