La Armada prohíbe el trato diferenciado hacia las mujeres en sus buques

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Fot. mde(ECD-Aurelio Ruiz Enebral)-El Ministerio de Defensa ha colgado recientemente en la página de la Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural el documento ‘Ceremonial Marítimo’, del Instituto de Historia y Cultura Naval, de la Armada.

Este ceremonial recoge cómo se deben realizar los saludos a las banderas, los homenajes a los caídos, las arengas y alocuciones, los movimientos de orden cerrado y otras ceremonias y tradiciones propias de los marineros, tanto a bordo de los buques como en tierra.

Los objetivos del ‘Ceremonial Marítimo’ son “valiosos y diversos: demostrar respeto a las autoridades, reforzando así la disciplina; hacer visible la consideración que debemos a los amigos y aliados; crear cohesión en las unidades y potenciar el espíritu de cuerpo; y transmitir a los espectadores y a la sociedad en general impresiones favorables sobre el espíritu y la eficacia de las unidades”.

El nuevo ceremonial se encuentra disponible desde hace poco en esa página del  Ministerio de Defensa, si bien la fecha de edición del documento es de noviembre de 2021. Desde el Cuartel General de la Armada precisan que entró en vigor meses antes, el 28 de abril de 2021, por Resolución Comunicada NÚM. 02/2021, del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA).

En la página de la Armada aún se puede consultar el anterior ‘Ceremonial Marítimo’,  sobre “Actos, ceremoniales, preceptos tradicionales y normas de conducta en la Armada”, que fue aprobado por Resolución Comunicada 600/80001/1988, de 14 de septiembre.

La mayoría de las ceremonias y gestos se mantienen inalterados, ya que son  tradiciones centenarias muy arraigadas en la mar, en general, y en la Armada española en particular. Si acaso, se introducen pequeños cambios en la redacción, pero no modificaciones importantes.

Uno de los puntos que suponen una novedad en el ‘Ceremonial Marítimo’ aprobado por la Armada en 2021 y ahora, en enero de 2022, editado como publicación por el Ministerio de Defensa, es el que lleva por título “La igualdad a bordo”.

En el ceremonial aprobado en 1988 y en vigor hasta hace unos meses, no había ninguna referencia a ese concepto, referido a la igualdad entre hombres y mujeres.

Desde el Cuartel General de la Armada precisan que a este respecto “que actualmente la Armada se rige por normas de Defensa”, del órgano central del ministerio.

Igualdad entre hombres y mujeres

Este apartado del nuevo ‘Ceremonial Marítimo’ comienza señalando que “la igualdad efectiva entre hombres y mujeres es un principio que, en el ámbito militar, está recogido en los artículos 13 y 73 de las Reales Ordenanzas”.

A continuación se introduce una amplia “Nota histórica” sobre “La mujer en la Armada”. Ahí se explica, por un lado, que la caballerosidad y la cortesía han sido siempre signos reconocibles de los militares, incluidos los de la Armada: «La Armada siempre ha fomentado en sus filas la cortesía, entendida en relación con los valores de cada época. No en vano el propio Calderón, en sus conocidos versos sobre los tercios, incluyó la cortesía y el buen trato entre los valores característicos de la milicia”.

Al mismo tiempo, se añade que “a lo largo del tiempo, han sido numerosas las ocasiones en las que [en la Armada] se han promulgado reglas de conducta relacionadas con el trato a la mujer, en un esfuerzo bienintencionado que casi siempre ha ido por detrás de la rápida evolución de la sociedad. Así, en el año 1975, se escribían reglas como esta: «Es norma general y aceptada en sociedad que los Jefes y Oficiales llamen “de tú” a las esposas de sus superiores, aunque entre ellos se llamen de Vd. Es una galantería y un reconocimiento a que las mujeres no tienen edad»”.

En esa nota histórica, los autores del ‘Ceremonial Marítimo’ indican que  “consideraciones como esta, valoradas y apreciadas en su día en muchos ambientes sociales como un signo de distinción, ya no son apropiadas”.

Por contra, “la Armada participa hoy plenamente en los esfuerzos de la sociedad española por alcanzar la plena igualdad entre el hombre y la mujer, y trata de adaptar sus tradiciones a las prácticas que hacen posible la integración, siempre de acuerdo con los principios de igualdad recogidos en las Reales Ordenanzas”.

Sin excepciones por género

Tras esa larga referencia histórica a la cortesía y al trato de la Armada a las mujeres, el ceremonial apunta que “tanto en los actos de servicio, como en cualquier otra ocasión social relacionada con el servicio, los citados preceptos de las Reales Ordenanzas prevalecen sobre las reglas de cortesía que, hoy por hoy, en amplios sectores de nuestra sociedad, todavía avalan una forma distinta de saludarse entre hombres y mujeres, y fomentan o permiten un trato a menudo diferenciado, aunque solo sea en algunos matices”.

E insiste en que “debe quedar pues claro que, dentro del trato respetuoso y afable que debe ser habitual entre los miembros de la Armada, no se harán excepciones por razón de género, edad u otras circunstancias personales o sociales”.

Nada de “atenciones no solicitadas”

El empeño de la Armada en este nuevo documento por remarcar la necesidad de tratar por igual a hombres y mujeres a bordo de los buques se concreta en advertencias concretas: “Esta regla de conducta no solo excluye las atenciones no solicitadas o los comentarios sexistas, prohibidos en cualquier circunstancia; sino también, en el ámbito del servicio, las deferencias bienintencionadas cuando puedan entenderse como fundamentadas en el género del militar”.

Este aviso se matiza ligeramente con personas ajenas al mundo militar: “No atenta contra los principios antes citados el trato cortés que, conforme a las reglas socialmente aceptadas, pueda darse a las personas que, sin pertenecer a las Fuerzas Armadas, visitan nuestras unidades”.

En estos casos, “conviene recordar que, dependiendo de ciertos factores —la edad quizá sea el más importante— la perspectiva de lo que es educado y correcto puede cambiar significativamente; y que no corresponde a la Armada liderar la evolución del protocolo social en España, sino adaptarse a él para hacer que, quien se acerque a la institución, se sienta cómodo entre los marinos”.

La conclusión de este apartado del ceremonial de la Armada sobre “La igualdad a bordo” es que “en cualquier caso, cuando coincidan, en un acto de servicio o relacionado con el servicio, militares y civiles, sea de uniforme o de paisano, el trato que a cada uno corresponda como militar debe prevalecer sobre el que pudiera deberse a su edad o género”.

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