El lío de las vacunas. «La AstraSanchenica»

Juan Cardona– (www.juancardona.es)
Para frenar la pandemia producida por la covid-19, además de mantener medidas de aislamiento que ya se utilizaban siglos atrás y en espera de medicamentos que combatan la enfermedad, tomó relevancia y prioridad el obtener una vacuna que consiga la inmunidad de la población. Comenzó una carrera alocada de los mejores laboratorios farmacéuticos para obtener una vacuna fiable en el menor tiempo posible, acortando los plazos legales y de ensayo. España, como miembro de la UE, se sumó al programa de compras conjuntas, con algo más del 10% de participación.

Ya en el mes de agosto del pasado 2020, la UE llega a un acuerdo con el laboratorio
británico AstraZeneca, en el que participa la Universidad de Oxford, por la compra inicial de 300 millones de dosis mediante un contrato que parece entresacado de una película de los hermanos Marx.

Nuevas técnicas como la del «ARN mensajero» las aportan los laboratorios
norteamericanos Pfizer y Moderna a los que se les encargan millones de dosis una vez
que tengan la aprobación oficial en Europa. Compañías como Johnson & Johnson lanzan la monodosis «Janssen» y los contratos siguen fluyendo. Otros laboratorios están a la espera de la aprobación por la Agencia Europea del Medicamento.

En un acto celebrado en La Rioja, el 20 de noviembre del año 2020, el doctor Sánchez anunció a bombo y platillo, le faltó la cabra y escalera o el mono saltarín, que «España será el primer país europeo en tener un plan completo de vacunación contra la covid-19, en el que se está trabajando desde septiembre». Mas tarde y aún con el olor a incienso fresco, transcurrido un mes desde el inicio del comienzo de la vacunación contra la covid-19, anunció: «Antes del mes de julio se llegará a la inmunidad de grupo al alcanzar el 70% de personas vacunadas». Promesa recibida por muchos con un optimismo moderado, viendo de quien procedía. ¿Otro «Vencimos al virus» sanchista del verano de 2020?

En esas fechas el ínclito Salvador Illa presenta el plan estratégico de vacunación
dividido en tres fases y establece una serie de grupos prioritarios. Comenzar por las
residencias de mayores y sus trabajadores, el personal médico y sanitario de riesgo
mereció el aplauso general. El compaginar personas de trabajos esenciales con mayores de 64 años no fue labor fácil, aunque el primer grupo de esenciales y docentes se realizó con un ritmo aceptable. Los problemas comienzan cuando uno de los mayores proveedores comienza con retrasos en las entregas: el brexit que muchos británicos, en especial los ingleses, tienen en su ADN hace que AstraZeneca priorice las entregas a consumo interior y rompa el calendario de entregas. Hasta ese momento esta vacuna no se suministraba a mayores de 55 años ya que el grupo de personas que formó la muestra de estudio previo no incluía a mayores de esa edad. Después llegó la noticia de la aparición de casos de trombosis (En España 5 casos entre el primer millón) creciendo la desconfianza en esa vacuna.

En la actualidad hay dos millones de personas con la primera dosis de AstraZeneca
puesta en espera de la segunda que por el momento esta suspendida. Con este panorama no se les ocurre otra cosa a los responsables gubernamentales de ampliar la edad de suministrar esta vacuna hasta los 65 años y más tarde a los de 65 a 69 años. A este grupo de forma indistinta y depende del día de cita y centro les han inoculado la Pfizer, Moderna, o ¡AstraZeneca! Al suministrar esta última han conseguido aumentar el número de personas que esperan con impaciencia y cierta desconfianza la segunda dosis sin que el gobierno ofrezca solución alguna; ya que Sánchez duda viendo que cada país toma un camino distinto ante el mismo problema, ampliando un problema que ya existía y decide encargar un estudio al Carlos III para ver la compatibilidad de la segunda dosis con la de Pfizer. Alemania, Italia o Portugal, con pequeñas restricciones continúan con la segunda dosis de AstraZeneca; por el contrario, Dinamarca o Noruega han eliminado esta posibilidad, y en medio de estas dos decisiones los demás países ofreciendo una segunda dosis de otros laboratorios.

Y Sánchez de gira por África y Europa escurriendo el bulto y anuncia nuevamente: España está «a tan solo 100 días de lograr la inmunidad de grupo» al tiempo que se descansa en el Supremo para que cubra la laguna producida al decaer el estado de alarma, al tiempo que se lame las heridas de la derrota electoral madrileña y se
consuela con el alejamiento de la política activa de quien no le dejaba dormir.

Ordenando las promesas incumplidas, decisiones aleatorias, decisiones políticas en lugar de sanitarias, vagancia legislativa, derrotas y abandonos se puede formar una ecuación en que todas sus soluciones coinciden: incompetencia supina o simplemente,
irresponsabilidad. No hemos tenido suerte con nuestros políticos…

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Un comentario

  1. Desde luego no se entiende este maremágnum de decisiones que parecen hechas al tun,tun.
    Y lo peor,teniendo otras opciones,
    ¿ porque siguen vacunado, con una vacuna tan contradictoria?.
    ¿ Vacunacion» de aprovecho»?