Ferrol en Común ha afirmado este jueves que el gobierno local que «da la espalda a la ciudadanía organizada en todos los campos, vecinal, como la falta de locales para la AVV de Recimil, cultural, como el menosprecio a las entidades que protegen el legado de Carvalho Calero, medioambiental, votando contra la paralización de un proyecto eólico insostenible«, quiere ahora «dilapidar la historia viva del deporte femenino en esta ciudad.»
El Club Esquío lleva décadas desarrollando su actividad en nuestra ciudad, son cientos de personas las que pasaron por su formación en gimnasia rítmica, y ocupaba un local de forma privada desde 1987 en forma de alquiler. «La situación económica, la pandemia y el agravio comparativo con respecto a otras entidades, lleva a esta entidad al riesgo de desaparición, al no disponer de instalaciones dignas«.
A su solicitud de un local en el pabellón de Esteiro «no recibe más que el silencio de un gobierno sordo y plutocrático, que ante su mano tendida «la respuesta es la voladura de puentes y la soberbia para tapar sus incapacidades notorias«.
No es el único club perjudicado, el Valdetires Ferrol viene de reclamar reiteradamente el pago de una subvención de más de 20.000 euros perdida por un trámite administrativo, pero con un gasto efectivamente realizado y a todas luces legal, de desplazamientos de sus equipos y «que la dejadez de Ángel Mato y su impago conduce a otra entidad singular al borde de la desaparición«.
Desde Ferrol en Común no pueden dejar de reconocer la trayectoria de Maca Cabaleiro, mención especial de la Gala del Deporte 2018, fundadora del Esquío, a finales de los años 80, «en el que sigue trabajando, promocionando este deporte desde la base, fomentando un crecimiento integral de nuestras gimnastas y potenciando esta disciplina, reconocimientos que no sirven si no tienen un apoyo palpable«.
Desde Ferrol en Común instan a este gobierno a «menos fastos de fotos y visitas reiteradas a los mismos lugares de obras del mandato anterior, y que aprendan el significado de la palabra trabajo, que en política se traduce en escuchar a la sociedad civil y acercar soluciones democráticas para sus problemáticas, no en un paternalismo iluminado que no aporta más que decepción y perplejidad en la ciudadanía«.