(Felipe Cid)-El cadáver de Domingo Regueiro, el que para los gallegos y sus descendientes fue el Patriarca de la Comunidad Galaica de La Habana, Cuba, fue sepultado en el Panteón de «Ferrol y su Comarca».
Don Domingo Regueiro Regueiro fue un luchador hasta pocos meses de su muerte. Siempre el primero en llegar cada mañana al área de vitrinas del «Centro Gallego» donde a pesar de los pesares resisten más de una treintena de asociaciones Municipales, Parroquiales y Comarcales de Galicia en suelo cubano.
Con su carácter fuerte, amigable y amoroso dejó un gran vacío en los que a muchos kilómetros de distancia del terruño amado defendemos la galeguidade en la mayor de las Antillas.
Ahora viene a mi mente la canción de Alberto Cortez, donde en una de sus estrofas expresa: ‘Cuando un amigo se va…deja un hondo vacío’, y es cierto pues todos extrañaremos su presencia, sus regaños y su amor al brindar siempre un poco de café a los amigos, así como caramelos a otros.
A mí en particular me quería como a un padre y me alentó a escribir la historia de la asociación «Ferrol y su Comarca«. Sin recelo alguno entregó sus valiosos libros de juntas directivas y generales de esta asociación fundada un 14 de julio de 1909 en la capital de todos los cubanos sin excepción. También me presentó al periodista, escritor y editor Olegario Sotelo Blanco, quien animado por él editó «Ferrol y su Comarca. Historia y existencia en 2008″.
Por sus méritos recibió innumerables reconocimientos, entre ellos, el más alto galardón entregado por la Federación de Sociedades Españolas de Cuba, el «Miguel de Cervantes y Saavedra».
Al dejarnos físicamente ostentaba el cargo de presidente de la honorable asociación «Ferrol y su Comarca» y el de vicetesorero de la asociación «Puentedeume y su Partido Judicial». Ambas con más de un siglo de fundadas.
Tenía 91 años de vida y muchos de ellos dedicados a las asociaciones gallegas en lo particular e hispanas en lo general.
Tendría mucho que escribir sobre su vida, pero seguro estoy que no me lo perdonaría pues era bondadoso y nunca quiso estar en la palestra pública.
Adiós amigo y padre. Todos te recordaremos con mucho cariño y agradecimiento. Descansa en paz en tu nueva casa, que tanto defendiste.