(Gráficas-diócesis y R. Marín)-Solemnidad, expectación, alegría y un aforo de la Concatedral de San Julián de Ferrol prácticamente completo (teniendo en cuenta las actuales restricciones) marcaron la celebración eucarística dominical de la una, que, presidida por el obispo, Luis Ángel de las Heras Berzal C.M.F., sirvió de ceremonia de entrada del nuevo párroco, Antonio Rodríguez Basanta, en la unidad pastoral de Ferrol-Centro.
Como se indicaba en la lectura del Nombramiento, realizada por el vicario judicial de la diócesis, Juan José Fernández Fernández, Rodríguez Basanta se convierte en párroco moderador de esta UPA, compuesta por las siguientes parroquias: San Julián, Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de los Dolores y Nuestra Señora del Socorro de Ferrol.
Rodríguez Basanta, que durante los últimos trece años ha sido párroco de Santa María
de Caranza, y que es además vicario general diocesano, pasa a formar parte, como párroco moderador, del equipo en el que ya estaban Xosé Francisco Delgado Lorenzo y Carlos Miranda Trevín, párrocos in solidum de esta unidad pastoral (es decir, que la atienden de forma solidaria y conjunta).
La UPA de Ferrol-Centro no abarca únicamente las mencionadas cuatro parroquias,
sino que también incluye las comunidades religiosas de la Compañía de María,
Hermanas Oblatas del Smo. Redentor, Discípulas de Jesús, Esclavas del Santísimo y
de la Inmaculada, Hijas de Cristo Rey y Padres Mercedarios. Comunidades para las
que tuvo un saludo el obispo en su homilía, al igual que para los cofrades de la
Orden Tercera, de La Merced, de Dolores y del Santo Entierro, cuyos representantes se encontraban en las primeras filas, así como el Hermano Mayor de la Cofradía de las
Angustias.
En el transcurso de dicha homilía, el P. Luis Ángel quiso enfatizar el sentido de
pertenencia a la unidad pastoral con estas palabras: “Todos vosotros, pastores,
personas consagradas, fieles laicos, estáis invitados a construir comunidad cristiana en esta unidad pastoral sin rivalidades ni ostentación; dejándoos guiar por la humildad”. Y dirigiéndose al equipo sacerdotal: “Antonio, Xosé, Carlos. Venís en nombre del Señor a servir a esta porción de su pueblo, para animar y mantener esta comunidad de comunidades presidiendo la celebración de los sacramentos (…). En esta construcción de Iglesia, como presbíteros tened predilección por los pobres y ocupaos no solo de sus necesidades materiales, sino muy cuidadosamente de su falta de esperanza y confianza, de su falta de sosiego y amor”.
En este punto, recordó el prelado que este domingo la Iglesia celebraba la Jornada del
Migrante y del Refugiado, “invitándonos a recordar principalmente el drama de los
desplazados internos, como Jesús recién nacido, obligados a huir”.
Desde el inicio de la celebración, se encontraban sobre una mesita delante del
presbiterio los símbolos de la pila bautismal, los santos óleos, la estola penitencial y la
llave del Sagrario, que junto al Evangeliario hacen alusión a la misión encomendada al
nuevo pastor.
Antes de la proclamación del Evangelio, el obispo hizo entrega del Evangeliario al nuevo párroco a lo que éste respondió pidiendo su bendición. Y tras la
Comunión, una vez guardado el Sacramento en el Sagrario, el prelado le entregó su
llave con estas palabras: “Recibe la llave del Sagrario. Conserva con todo cuidado el Pan eucarístico, para llevarlo a los enfermos y moribundos, a los ancianos y a cuantos no pueden tomar parte en la Eucaristía.
Procura también que tus fieles se dediquen a la adoración eucarística, y cuida de que esta luz permanezca siempre ardiendo para señalar la presencia del Señor”.
Ya hacia el final de la celebración, llegó el momento en que el nuevo párroco
moderador de la UPA Ferrol-Centro dirigió unas palabras a todos los presentes, entre
ellos algunos familiares cercanos que quisieron acompañarlo en este importante día.
“Doy gracias a Dios, comenzó diciendo, por el don de la fe y de la perseverancia en la vocación al ministerio sacerdotal, a pesar de mis limitaciones, fallos y debilidades”.
Para, a continuación, mostrar también su agradecimiento a la Iglesia diocesana de
Mondoñedo-Ferrol y al obispo, sin olvidar a Ramón Otero Couso y a Gonzalo Folgueira Fernández que recientemente han dejado el servicio pastoral en San Julián y demás parroquias de las UPA.
“Mi única pretensión es seguir sirviendo a la Iglesia en el anuncio y realización del
Reino de Dios, aquí y ahora, entre nosotros, en una doble dimensión: cuidar y
fomentar la comunión eclesial, es decir, la unidad, la fraternidad y la corresponsabilidad entre todos -laicos, que sois la inmensa mayoría, consagrados y
consagradas, y sacerdotes- concretamente en esta unidad pastoral del Centro y en el
arciprestazgo de Ferrol”.
“Y, por otra parte, responder al gran desafío de la misión evangelizadora de la Iglesia en una sociedad tan cambiante y desconcertante, y a la vez tan necesitada de Dios (aunque no lo diga o no lo sepa)”, eran las palabras de Antonio Rodríguez Basanta este domingo, 27 de septiembre, en el comienzo de esta nueva singladura.