No solo es pasárselo bien «veraneando» sino que también la ayuda a los demás viene más que bien.
Nos referimos al gesto de unos jóvenes madrileños veraneantes en Cedeira y otros vecinos de Pantín que por la rapidez de decisión salvaron de las aguas, a últimas horas de la tarde de este domingo, a una pareja de alemanes, ya de una cierta edad, que sin «conocer el peligro» se lanzaron al mar en la zona rocosa de la playa de Pantín en la que precisamente está prohibido el baño y eran arrastrados por la corriente mar adentro.
Uno de los jóvenes, Alfonso, un madrileño de 21 años consiguió subir a su tabla, tras lanzarse con ella a las aguas, a la mujer, mientras se oían voces de su pareja que decía «salvarla a ella«.
Otros dos jóvenes surfistas locales, expertos y ambos instructores de surf, conocidos por Chano de Pantin y por Cacho residente de Vilarrube se lanzaron al agua con tablones largos y lograron sacar a tierra al alemán.
Los dos ya sanos y salvos acabaron la jornada tomando unas coca-colas con sus salvadores en un bar cercano mientras el alemán no paraba de darles las gracias.
«No fue difícil , lo que hicimos lo hubiera hecho cualquiera , pero..¡como pesaba el alemán» señalaba a Galicia Ártabra uno de los «salvadores».
Y mientras «algunos» no se cansan de insultos y el «fuera, fuera» a nuestros paisanos madrileños por acudir a Galicia, en este caso a Cedeira, en tiempos del coronavirus, otros bien podrían reconocer el hecho valeroso «de unos jóvenes «, por cierto, alguno de ellos muy ligados a familiares ferrolanos.
«Y mientras «algunos» no se cansan de insultos y el «fuera, fuera» a nuestros paisanos madrileños por acudir a Galicia,»
¿En serio???????? De veras que existen garrulos boinarroscados, paletos de terruño, horteras minifundistas y pailanes carpetovetónicos que insultan o menosprecian a españoles en su propio país?
Aquí, en Galicia (como en cualquier otro lado) todo español no sólo es bienvenido, sino que está en su pais sin necesidad de pedir permiso a nadie. Quizá debeían ser esos criticantes los que hayan de volver al colegio para aprender las más mínimas normas de educación y relación social. Y no estaría de más que, una vez aprendan a leer, deban pasar un examen sobre determinados derechos constitucionales básicos.