Muere un pescador al caer al mar en O Pieiro, cerca del puerto exterior de Ferrol

Un pescador ha perdido la vida este martes al caer al mar cerca del puerto exterior de Ferrol, concretamente en la zona de O Pieiro. El cadáver fue trasladado al muelle de Curuxeiras tras ser rescatado del agua por una embarcación de Salvamento Marítimo.

Según informan fuentes del 112 Galicia ocurrió sobre las 16,00 horas. En ese momento, una mujer se puso en contacto con la central de emergencias para alertar de que su marido, que se encontraba pescando en la zona, se había caído al mar.

Seguidamente, el CIAE-112 pasó el aviso a Salvamento Marítimo. Desde este servicio lograron comunicarse con la mujer, que alertó de que veía a su marido boca abajo en el agua.

Así, Salvamento movilizó a la ‘Salvamar Betelgeuse’ desde A Coruña, además de a la auxiliar ‘Ría de Vigo‘ atracada en Ferrol, que rastrearon toda la costa mientras intentaban contactar con la mujer, que tenía problemas de cobertura.

Finalmente, fue la ‘Salvamar Betelgeusen‘ la que logró localizar el cuerpo sin vida del hombre, A.L.R. de 52 años de edad, en las inmediaciones de Punta do Golfín. Así, la Guardia Civil solicitó que el cadáver fuese trasladado al pantalán de Curuxeiras, en el muelle interior ferrolano hasta la llegada del médico forense quien ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Hospital Naval en donde poco después le fue practicada la autopsia, con posterior traslado al tanatorio Artabria.

Además del equipo de Salvamento, que coordinó el rescate, el 112 puso los hechos en conocimiento del Servizo de Gardacostas, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.

Lea también

Xunta, Ayuntamiento de Ferrol y Autoridad Portuaria trabajan unidos para crear suelo industrial en la zona de Mandía

El alcalde de la ciudad, José Manuel Rey Varela, y la conselleira de Economía e …

Un comentario

  1. Lamentablemente, un deporte maravilloso, pero de los más peligrosos que existen. Las razones: las rocas, en especial en marea baja, porque resbalan mucho, y sobre todo, por las inesperadas olas solitarias, que llegan casi sin avisar y avanzan mucho más arriba que el resto, incluso que las de las series grandes. El pescador se confía con estas últimas, y no solemos contar con las solitarias, que pueden llegar (si llegan) con horas de diferencia.