Un proyecto de Cardiología de Ferrol permite monitorizar los marcapasos de los pacientes sin bajarse de su vehículo

La Unidad de Marcapaso del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol (CHUF) ha puesto en marcha este jueves un proyecto de seguimiento remoto de los marcapasos, que permite monitorizarlos sin que el paciente se baje de su vehículo.

Así, una treintena de pacientes en seguimiento por esta Unidad han acudido en sus vehículos al Hospital Naval, donde, sin bajar de su automóvil, les han realizado la monitorización de su dispositivo y el registro de datos que, horas más tarde, valorará el profesional sanitario especializado.

Esta iniciativa se ha puesto en marcha buscando alternativas no presenciales a la asistencia, para evitar riesgos para el paciente portador de este dispositivo ante la posibilidad de un contagio por coronavirus. Con ello, se ha decidido que la mejor opción es una monitorización remota para evitar las visitas a los hospitales.

Este programa piloto, que sigue las indicaciones de la Sociedad Europea de Cardiología, pretende evaluar varios pacientes en una sola jornada sin que tengan que bajar de su coche. El médico responsable revisa después la información inscrita del aparato, contacta telefónicamente con el paciente y programa el seguimiento posterior, o establece una visita, de ser necesaria.

MARCAPASOS

En el Área Sanitaria de Ferrol están en seguimiento unos 1.500 pacientes portadores de marcapasos y se suelen implantar unos 180 dispositivos cada año a pacientes con trastorno del ritmo cardíaco, con una edad media de 80 años.

Los marcapasos son unos dispositivos electrónicos diseñados para producir impulsos eléctricos que estimulan al músculo cardíaco en los casos en los que falla la estimulación fisiológica o normal.

Con ello, son pequeños «ordenadores» que vigilan continuamente el ritmo del corazón y, si en algún momento no se produce un latido cardíaco, lo detecta y envía una señal eléctrica para que el corazón se contraiga.

Los marcapasos precisan un control, normalmente anual, de las condiciones de seguridad de su funcionamiento. «Actualmente estos dispositivos son muy seguros y con muchos automatismos que solo requieren un control técnico», explica el cardiólogo Emiliano Fernández- Obanza Windscheid.

«Si en ese control técnico está todo correcto, ya no tienen que volver al centro hospitalario para una segunda consulta, y si hay alguna cuestión que valorar, tras la revisión de los datos, se le da una cita al paciente para venir a las consultas«, ha resumido.

«Los pacientes de este programa piloto son un grupo de personas a las que ya le tocaba la revisión de su dispositivo», continúa el especialista, que se han seleccionado porque tenían «la posibilidad de venir en automóvil» y ninguna otra patología que fuese necesario valorar en el control periódico.

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