Ana Rodríguez Masafret
Éste es el verbo, conjugado en la guerra frente a esta pandemia silenciosa y que a traición se nos ha colado en nuestras vidas y que tantas lágrimas a diario nos roba.
Me he resistido durante muchos días a escribir una sola línea de este Cuaderno. El respeto a los muertos y ese sordo dolor cercano padecido por las familias de los que han perdido a su hermano, abuela, padre, madre, tía, amigo… y la tristeza de saber de esas muertes solitarias y frías en un hospital, me lo han impedido.
Pero hoy necesito, desde este confinamiento obligado, vaciar la frustración e impotencia tanto tiempo contenida.
Nadie, es cierto, está preparado para afrontar lo desconocido. Además, aún estando preparado, el coste humano en una pandemia resulta inevitable. Lo sé y sería demagógico decir lo contrario. Pero en nuestro país la confluencia de esa pandemia se mezcla con otros factores como el sectarismo ideológico, irresponsabilidad y la estupidez de un gobierno socialista-comunista incapaz de afrontar la realidad y que además tiene sus propios planes.
Anteponer el feminismo a la salud posponiendo la crisis sanitaria al 9 de marzo, como si la covid 19 hubiese dado una tregua solo fue el primer paso del cúmulo de despropósitos posteriores.
Desoir todas las recomendaciones de organismos internacionales previo a las fechas en relación a la necesidad de hacer acopio de material sanitario una auténtica temeridad.
En esta crisis sanitaria y ahora también económica, hemos tenido que padecer la falta de empatía de este gobierno con la ciudadanía y sus ya más de 21.700 fallecidos oficiales; las risas de la ministra de trabajo explicándonos como a niños de párvulos lo que era un ERTE y la falta de transparencia en la compra de « gangas» de material sanitario realizado a empresas de dudosa seriedad y dejando entrever velados favoritismos comisionistas, pasarán a los anales de nuestra historia
A todo esto, por si ya no fuera poco, nos cerraron el Congreso, con burdas excusas suprimieron las ruedas de prensa al Presidente del Gobierno que ahora nos aparece estilo chavista en locuciones televisivas interminables en la que no cuenta nada. Nos esconden a los muertos con edulcorados telediarios en donde los médicos y demás personal sanitario parece que en vez de contagiarse e incluso morir en su trabajo agotador están todo el día cantando «Resistiré«. Nuestra televisión pública inaugura «Diarios de la cuarentena» en un desprecio total a los muertos de la pandemia y todo ello apoyado con el lamentable y grosero sectarismo de las televisiones privadas que están siendo regadas para ello con dinero público para convertirse en medio propagandístico del gobierno.
El colofón se ha producido en estos últimos días con la publicación en el BOE de disposiciones normativas que parecen dejar abierta la puerta a la expropiación, emulando el más puro estilo chavista; la última encuesta de CIS con preguntas escandalosas que cuestionan nuestras libertades constitucionales; el intento de censura con el cierre de cuentas y redes sociales de periodistas y medios críticos y la declaración expresa de un General de la guardia civil en rueda de prensa manifestando que su trabajo es minimizar los bulos contra el Gobierno por la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus.
No se lo que hubiera pasado si la derecha tuviera que haber gestionado esta crisis, no lo sé y no me importa. Sufro y padezco como este gobierno está gestionando la actual. Y no me importa tampoco como pueda estar haciéndolo la oposición, que no pinta ni decide nada.
Respetar a los muertos de esta pandemia pasa por llorarlos y recordarlos decretando luto oficial en el país. El gobierno debe lealtad a sus ciudadanos. El sectarismo sobra. Esto ha dejado de ser un Estado de alarma por una crisis sanitaria para convertirse en un Estado de intervención donde las fuerzas públicas están al servicio del partido del gobierno.
Y emulando a la canción desde este, mi Cuaderno, quiero deciros :
Resistiré a pesar de la pandemia
Resistiré a pesar de la desinformación
Resistiré a pesar de este Gobierno
Resistiré y jamás me rendiré aunque los vientos de la vida soplen fuerte… Resistiré
Enhorabuena, Ana:
No sólo suscribo al cien por cien todas y cada una de tus palabras, sino que te agradezco que tengas el valor de poner negro sobre blanco lo que piensa una parte importantísima de la ciudadanía.
Ana,realmente es lo que pensamos muchos de nosotros, nos pueden llamar fachas o lo que les de la gana,pero todo lo que dices es la verdad,felicidades y sigue resistiendo, al final,venceremos.