Adiós, Rivera, adiós

Juan Cardona.( juan@juancardona.es)
Los resultados de las últimas elecciones certificaron el descalabro del partido de Ciudadanos. Las encuestas marcaban un acusado descenso, pero con la esperanza que se reprodujeran los errores interesados del «Cistezano» y Cía., Rivera ya había comprado el silbato de árbitro de la contienda y con un perro mastín a sus órdenes en espera de su aclamación. El conductor y protector de rebaños resultó ser un caniche, de nombre Lucas y que de cachorro paso a ser «bebito de leche», el resultado: descalabro y abandono. Para algunos todo un gesto que le honra, ¡un político dimitiendo!; pero para otros un irresponsable al liquidar la tienda dejando la puerta abierta: mejor sería prepararse para la liquidación por fin de temporada y dejar el puesto con una «semana fantástica» del nuevo Ciudadanos con lideresa incluida.

Hace unos meses, creo que fue en agosto, publiqué un artículo, cuyo titulo rezaba: «Rivera, ni contigo ni sin ti», en él le recordaba los batacazos, descalabros y la desaparición de partidos de corte liberal y ámbito nacional que, en su día, pudieron ser árbitros y que no pasaron de juez de línea de regional: El CDS de Suarez, Roca con Reformistas o Rosa Diez con UPyD, finalizaba con una recomendación final: «Rivera, hay que aprender de los errores; mejor si son de los cometidos por otros».

La propuesta, en campaña, de la implantación de un cordón sanitario al partido de Sánchez, le impidió pactar nuevamente con el PSOE (ya tenían 200 medidas consensuadas anteriormente) y constituir un gobierno estable, bien de coalición o con un programa pactado y un gobierno único, haciendo valer sus 57 diputados que podrían conformar una mayoría absoluta de 180. Pero no, nuevas elecciones y fracaso absoluto en lo personal, en su partido y lo que es mucho peor, para España.

Desde su retiro actual, pasados los primeros días de recuperación emocional y física, una pregunta señor Rivera. ¿Se imagina siendo vicepresidente de gobierno? Vicepresidente de un gobierno estable, con cuatro años por delante de trabajo serio, con tiempo suficiente para corregir y retocar algunas leyes que hay que poner al día, como la Ley Electoral, y recuperar para el Gobierno Central algunas de las competencias cedidas en su momento como pago de votos de investidura, postular por la verdadera igualdad de derechos de todos los españoles y…, la lista podría continuar.

Despierte señor Rivera, pues la labor regenerativa de esa vicepresidencia se convierte en barrizal político donde se entreven los pactos más miserables entre filo-terroristas, independentistas, comunistas, arribistas locales y regionales, separatistas rupturistas y demás, que respetando sus ideas (excepción de todos lo que roce al terrorismo) no creo que le convengan como socios a un partido que promulgó en campaña su amor inquebrantable a la unidad de la patria, y a su desvelo constitucionalista, vacunado de insomnio chavista y adalid de causas nobles.

Consultado el oráculo me desveló que la recuperación de un partido de centro, de corte liberal frente al estado y proteccionista ante el desfavorecido, podría tardar en formarse en España unos diez años para poder arrimar el hombro pasadas dos legislaturas. Un partido que «centrase» a la derecha cuando sea menester y a la socialdemocracia cuando toque. Un partido no estructurado como bisagra para formar gobierno, sino como corrector de políticas continuistas. Lo de «arrimar el hombro» no va con segundas; porque la valía personal de Doña Inés no es para desaprovechar y hay que darle cancha, bien en Ciudadanos u otro partido para que reproduzca su buen hacer en Cataluña en el Parlamento Nacional.

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