El Hospital de los Inocentes

Juan Julio Alfaya
El Hospital de los Inocentes fue fundado en Valencia en 1410 y hay razones históricas y culturales que permiten sostener que realmente fue el primer hospital psiquiátrico del mundo.

Fray Joan Gilabert Jofré

El artífice de la obra fue fray Joan Gilabert Jofré, un religioso mercedario, que andaba rescatando cristianos cautivos de los musulmanes cuando, a su regreso a Valencia, cayó en la cuenta de que existía otro tipo de cautivos y no precisamente de los musulmanes, sino de sus propias mentes desequilibradas a los que llamaban «locos e inocentes».

Todos sabemos más o menos lo que es un loco, pues para ello no hace falta más que
encender el televisor; pero un inocente, en aquella época, era un retrasado mental. Los locos e inocentes deambulaban por calles, plazas y campos, despreciados por todo el mundo y frecuentemente insultados y maltratados.
Los locos no eran personas, sino posesos del demonio y, por lo tanto, un peligro para toda la sociedad. Para ellos no había consideración, refugio ni amparo posible. Era mucho peor ser loco que ser mendigo.

A veces una gran obra puede comenzar por un hecho aparentemente aislado e intranscendente. El viernes 24 de febrero de 1409 el padre Jofré, yendo de camino a la catedral, presenció el alboroto organizado por unos jóvenes que se burlaban y golpeaban a un pobre loco. El fraile se interpuso entre los agresores y el agredido y se lo llevó a la residencia de los frailes mercedarios, donde le dieron cobijo y le fueron curadas sus heridas. El domingo siguiente en la catedral dedicó una parte de su sermón a hacer una defensa apasionada de los pobres inocentes y furiosos que vagaban por la ciudad sin tener un techo bajo el que cobijarse, pasando hambre, frío y
todo tipo de maltratos, sobre todo cuando los encontraban dormidos, siendo abusadas sexualmente las mujeres que padecían desequilibrios mentales.

Sin los laicos, nada hubiera sido posible

El sermón del padre Jofré fue escuchado por Lorenzo Salom, quien junto con otros comerciantes y artesanos aportaron los fondos necesarios para su materialización. Sin su aportación, el hospital se hubiera quedado en uno de tantos proyectos perdidos en el silencio de la historia. El Consejo General de la Ciudad aprobó la iniciativa. El asilo se ubicó en lo que había sido una casa con huerta en las afueras de la ciudad. Las obras comenzaron el 9 de mayo y enseguida se pudo contar con los permisos necesarios del rey Martín I el Humano, así llamado por su gran pasión por las Humanidades y los libros.
El 1 de junio de 1410 se inauguró el hospital con el nombre de Hospital d’Innocents, Follcs i Orats que fue puesto bajo el amparo de la Virgen María, Sancta Maria dels Innocents, en referencia a los Santos Inocentes, mandados degollar por Herodes, todos niños menores de dos años. El 29 de agosto de 1414 se constituyó la Lloable Confraria de la Verge Maria dels Innocents, formada por cien sacerdotes, trescientas mujeres y otros tantos varones para recaudar los fondos para el funcionamiento del hospital. Esto demuestra que en el siglo XV, a pesar de no contar con los avances
científicos y tecnológicos del siglo XXI, existía algo que hoy está desapareciendo: valores humanos, solidaridad con los excluidos y, en definitiva, amor al prójimo. Con este hospital se empezó por primera vez en Europa a proporcionar a los enfermos mentales tratamiento médico y una residencia donde pudieran vivir acogidos.

El tratamiento moral

En la historia de la psiquiatría se denomina tratamiento moral al procedimiento que abogaba por un trato humanitario para los pacientes mentales, con la abolición del maltrato y las coerciones. Se le atribuye a Philippe Pinel (1745-1826) la iniciativa del tratamiento moral. Sin tratar de quitarle méritos al eminente médico francés, una de las figuras más importantes en la historia de la psiquiatría, el pionero de este cambio en la relación con los alienados fue el padre Jofré.

Varios historiadores de la medicina afirman que «la cuna de la Psiquiatría estuvo en España, donde se construyeron los primeros edificios convenientes y adecuados para
hospitalizar a dementes» (Alexander y Selesnick, 1970), «No fue Pinel sino que fueron los psiquiatras españoles en Valencia en 1409 los primeros en retirar las cadenas e instituir el tratamiento moral. Se utilizaron el ejercicio, juegos, trabajo, entretenimiento, dieta e higiene» (Schmitz, 1884-1885), «Uno de los éxitos que pertenece exclusivamente a los españoles es el tratamiento moral para combatir las afecciones mentales y el establecimiento en el siglo XV de edificios confortables y adecuados para la admisión de esta clase de infortunados» (Hernández Morejón, 1842).

Por último, se ha pretendido explicar la preocupación por la asistencia a los
enfermos mentales en Valencia por la influencia del islam en lo que al tratamiento de la locura respecta. Desde la perspectiva islámica un loco no es un poseso, sino alguien que, por el hecho de vivir desconectado del mundo, está más cerca de Alá. Así, se ha escrito que los frailes de la Merced, en contacto con los musulmanes por su labor de rescate de presos, habrían asimilado esta actitud a la que se asociaría el conocimiento de los llamados maristanes (del árabe) o bimaristanes (del persa bimar=enfermo; e istan=lugar). Sin embargo, en este tema hay mucho de leyenda debido a la escasa información. Ni el Bar el Maristán de Bagdad (siglo XII), ni el Maristán de Granada (1365-1367) alcanzaron el grado de especialización al que llegó el Hospital de los Inocentes de Valencia.

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