Sonoro empeño

Julia Mª Dopico Vale

Rafael Úbeda, artista, pintor, amante de la buena música que sabe reflejar en sus lienzos sinestesia de color y forma, el Kandinsky gallego, vuelve a ser noticia por los merecidos reconocimientos que Galicia le brinda en estas semanas. Sus cuadros pueden apreciarse ahora mismo en el Museo Provincial de Lugo; paralelamente recibe la distinción de “Gallego del Año” y el Grupo de Metales “Hércules Brass” le rinde homenaje en la Sede Afundación de Vigo, haciendo sonar música inspirada en la muestra “Sonoro Empeño” con partituras creadas sobre la obra “ubediana” por maestros de la talla de Durán, con su Promenade para una exposición, en la que actúa con elementos como el espacio y el tiempo o Juegos Tímbricos, escrita en 1994 para una exposición que tuvo lugar en el ferrolano Torrente Ballester y compuesta como acróstico sobre las notas si, re, la ( propias del apellido del pintor); una pieza que en un solo movimiento discurre mediante un lenguaje colorista de tensiones y
distensiones, transparencias y espesuras…o del maestro Groba recreando las imágenes Impetuosas, No espello y Fulgurantes. Y es que la música vive en Rafael intensamente teniéndola siempre presente, como en la Gala de Compostela en la que el pintor acompañó su intervención presentando a jóvenes intérpretes: la violonchelista Jimena Andión y el Psaiko Quartet que interpretó un fragmento de Blue Vibrations del compositor Aaron Siebert.

La pasión y el trabajo incesante son las constantes de Úbeda y fruto de éstos su obra, la que trazo a trazo surge en su estudio de A Samieira que felizmente pude visitar en más de una ocasión.

El pintor acaba de recibir una propuesta para que sus cuadros se conserven en un museo de Arabia Saudí, si bien su voluntad expresa es que permanezcan en su Galicia natal, un “empeño sonoro” al que se suman estas líneas queriendo a Rafael Úbeda…cum nobis.