Verónica Paadín (*)
El apunte: con la excepción del PP, todos los líderes de la formaciones políticas con representación en el ayuntamiento de Narón rondan los 40 años
Savia joven corre por las ramas del árbol del ayuntamiento de Narón. Es habitual que en las formaciones políticas se produzca el sano y normal relevo generacional, sobre todo cuando los resultados no acompañan y toca probar cosas nuevas. No es tan habitual que lo hagan los que gobiernan salvo caso de fuerza mayor, como puede ser por ejemplo por la jubilación del regidor, como es el caso. Ya menos habitual es que lo hagan la mayor parte de los concurrentes a los comicios de manera generalizada.
La jubilación de José Manuel Blanco, de Terra Galega, se produjo a mitad del mandato dejando a Marián Ferreiro como alcaldesa sin pasar por las urnas. Para muchos fue una artimaña legal que la dejaba al frente sin ganar unas elecciones, pero ella supo acallar las críticas logrando incrementar el respaldo obtenido por el propio Blanco en las elecciones de 2015, consolidando así su posición con tan solo 41 años.
Además de la renovación en la cabeza, las entrañas de Terra Galega también experimentaron un rejuvenecer con el ascenso a los primeros puestos de la lista de Iván Santalla, Natalia Hermida, Pablo Mauriz o Román Romero, todos ellos rondando los cuarenta, relegando a un veterano como Guillermo Sánchez al puesto 7 ya que se experiencia mujnicipal era necesaria.
La jugada les salió bien en un feudo de población eminentemente joven, particularmente en las zonas urbanas de A Gándara, Santa Icía o el Alto, donde Terra Galega pasó el rodillo.
Tras la marcha de Pablo Villamar en el BNG también se impuso la renovación y la apuesta por caras rejuvenecidas. Olaia Ledo, de 38 años en la actualidad, se impuso “en el partido de vuelta” de las segundas primarias seguidas que celebraba el BNG para escoger cabeza de lista. De su mano, se impuso una importante renovación en las caras de las listas de la formación nacionalista, además de hacerse notorio el proceso de rejuvenecimiento.
Más traumático fue la forzosa renovación en las filas socialistas, pues ésta sobrevino a la triste noticia del fallecimiento de su cabeza de lista, Octavio Dopico, médico de profesión que ejercía como edil desde el año 2015. Tras la noticia, y no sin cierta polémica entre sus filas, se designó a José David Pita como candidato, sin tampoco superar los 40 años de edad.
La excepción a la regla la protagonizó de manera inesperada el PP al haber presentado al veterano Germán Castrillón, ex alcalde en Cabañas, de 60 años, cuando todos daban por hecho que sería Marcos Balado, que no alcanzaba los 40 años de edad.
Tras la designación de Castrillón como candidato, el proceso que siguieron los demás grupos de rejuvenecimiento en el PP fue a la inversa, pues además de la no designación de Balado como candidato, llegó la salida de las ediles Laura Pena y Patricia Aneiros, que también rondaban la cuarentena, para dar entrada a personas de más edad.
Los populares lograron aumentar en uno su representación, pero se quedaron muy lejos de las expectativas acordes con el despliegue de medios y de apoyos exhibido en su campaña, en una oportunidad que se percibía única ante la “novata” Ferreiro, que no solo consolidó sino que
aumentó también sus apoyos. Los populares se quedaron lejos de los 8ediles que logr ó Miguel De Santiago, en la mejor marca de los populares en Narón.
pd/Gracias a Galicia Ártabra por darme la oportunidad de ofrecer mis pequeños trabajos políticos.
(*) Estudiante de Periodismo y de Ciencias Políticas. En prácticas veraniegas