Este 9 de mayo, Día de Europa, se presenta decisivo. Puede que no dé la impresión pero las Elecciones Europeas están a la vuelta de la esquina, es más ya se han celebrado dos debates de los cabezas de lista (aunque los medios nacionales parecen no estar al tanto).
Por tanto, el 9 de mayo se nos presenta como un momento para la reflexionar hacia dónde vamos como proyecto europeo. ¿Que nos está pasando como sociedad? Mientras los partidos más nacionalistas y opuestos a los valores de la Unión crean alianzas transnacionales para ser más fuertes en sus nacionalismos a nivel europeo (increíble), los partidos pro-europeos están “a velas vir”. ¡A qué esperan a mencionar siguiera una vez la palabra Europa en los debates sobre política nacional! ¿A qué? ¿A qué lo hagan partidos como VOX? En serio, la sociedad democrática ¿se merece que la historia real de cómo se toman las decisiones políticas más relevantes se obvie?! No deja de sorprender esta miopía sobre lo importante para luego hacer declaraciones en torno a la manida frase “más Europa”, como si ello aún convenciese a alguien.
Por ello, es necesario que los partidos pro-europeos comprendan la necesidad de explicar que la soberanía está en la UE. No podemos afrontar los retos que se nos están presentando (cambio climático, migraciones, crisis económicas) desde las naciones en este mundo globalizado. Hay cuestiones que deben elevarse al nivel europeo para que las decisiones sean eficaces.
Estamos en un momento de transición: el 26 de mayo se decide la composición del Parlamento Europeo para los próximos cinco años. Y no es baladí, no olvidemos que la campaña (de mentiras) a favor del llamado Brexit comenzó con un líder británico muy british con pasaporte alemán (casado con una mujer alemana) de el partido anti-europeísta UKIP que se dedicó a “poner podre” a la Unión simplemente para forzar la salida de la UE. El partido conservador en el poder en Reino Unido “se dejó llevar” por estos vuelos y he aquí el panorama (que por cierto, recuerda a la relación de amor adolescente entre el PP y VOX en España, es decir, no se aprende).
En estas elecciones se decide qué tipo de voz tiene la Unión: ¿la ciudadanía europea le da pábulo a los valores antieuropeos (representados en partidos nacionalistas, populistas)?, ¿la ciudadanía europea le dice al Consejo Europeo (Jefes de Estado y de Gobierno) qué es lo que quiere para su futuro?, ¿o con su pasotismo le da manga ancha para que haga lo que “estime conveniente” en reunión a las que no tenemos acceso?
No son pocas las cuestiones que se nos plantean en este momento decisivo y la responsabilidad es nuestra, no del vecino/a, de “Merkel” o del “Banco Central Europeo”. Las decisiones que tomemos ahora como pueblo europeo que somos determinará en quién ponemos la responsabilidad de tomar las decisiones del futuro para tomar “qué cierto tipo de decisiones”.
Así que, celebremos este 9 de mayo conscientemente de que la cita para mostrarnos como europeos/as la tenemos el 26 de mayo.