El acusado F.D.V. de golpear con un martillo en la cabeza a una amiga, DM.C.V. con la que compartía piso en Ferrol se ha negado a declarar ante el tribunal en el juicio, que se ha celebrado este miércoles en la Audiencia Provincial de A Coruña, al alegar que tiene «la mente borrada».
«No me acuerdo, tengo la mente borrada», se ha limitado a decir antes de comenzar el turno de declaraciones. La Fiscalía solicita para el procesado una pena de 12 años de prisión por un delito de asesinato, por concurrir alevosía, en grado de tentativa. La defensa, por su parte, considera los hechos un delito de lesiones.
Los hechos por los que se le acusa ocurrieron el día 3 de abril del 2017 en un domicilio de Ferrol, en el que el procesado vivía en una habitación, siendo la arrendataria de la vivienda una mujer con la que mantenía una relación de amistad.
Según el escrito del Ministerio Fiscal, tras una discusión entre ambos, la mujer se marchó a descansar en la cama de su habitación y, sin poder «reaccionar«, el acusado la golpeó en la cabeza con un martillo, provocando una inmediata herida en la cabeza, que levantó de nuevo «con ánimo de asegurarse su propósito con un nuevo golpe». La víctima consiguió separarlo y huir.
«ESTABA OBSESIONADO CONMIGO»
«No sentí el golpe, noté presión y me quedé sin ver durante unos segundos», ha declarado DM.C.V., que ha señalado que el acusado, al que había conocido un año antes en un bar de Ferrol, «estaba obsesionado» con ella.
Así, ante el tribunal, esta mujer ha indicado que el procesado la tenía «amenazada». «Me decía que cuando tuviese novio me iba a matar y él se iba para la cárcel, porque ya había estado. Decía que tenía todo preparado», ha manifestado.
A preguntas de la defensa, la víctima ha negado que le robase dinero al hombre: «Yo nunca le quité un duro». «Él me daba el dinero para que yo lo gobernase», señala esta mujer, que estaba cobrando la Risga.
Ante estos hechos, el Ministerio Público demanda que el hombre sea sentenciado a 12 años de cárcel y a la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante 13 años, así como al abono de una indemnización de 7.900 euros.
La defensa, por su parte, considera que los hechos son constitutivos de un delito de lesiones por la «situación atípica» que manifiesta el acusado, con problemas físicos y psíquicos- el hombre utiliza un andador y tiene demencia-. Por todo ello, la solicita la aplicación de eximentes y de la atenuante de «arrebato», porque habían discutido.