Cayó la noche en silencio
y en el río, que esperaba,
se reflejó lentamente
una torre enamorada.
Luminosa, sobria, altiva
como esencia de una raza
que hoy anhela el señorío
y las grandezas pasadas.
Le confesó sus amores
y él no pudo decir nada
pues su amor estaba en ella
y el de ella… lejos de España
Desde entonces
se ve al río sonreir sin esperanza
y a la torre que engañada
le cuenta su vida amarga.
Yo también soy sevillano , estudié en Sevilla durante 4 años, y me llenó mi corazón de ciudadano. Su cielo azul , sus olores a jazmín ( en el callejón del agua ) , su Plaza de España ( donde en el rinconcito de la provincia de La Coruña me recogía para amagar la morriña ) , etc.