Tras el período del mantra “austeridad” emprendido por la Institución Europea con más poder político de la Unión Europea, el Consejo Europeo (conjunto de Jefes/as de Estado y de Gobierno de los 28), en el que el éxito ha brillado por su ausencia (como cabía esperar) parece que se ha producido un cambio de mentalidad. La Comisión Europea ha propuesto el llamado “Pilar Social”.
Se propone mejorar las condiciones de trabajo, reducir las desigualdades y mejorar la protección social en toda la Unión. Es una historia muy larga. En 2014, tener una gran iniciativa social fue una de las condiciones solicitadas por el grupo socialdemócrata para apoyar al candidato conservador Juncker como Presidente de la Comisión. Juncker propuso el «Pilar Social» y a finales del año pasado se proclamó junto con el Presidente del Parlamento Europeo y ante la presencia de los/as Jefes/as de Estado y de Gobierno de la UE.
Durante este acto, el Presidente de la Comisión señaló que: “(…) La proclamación del Pilar en la Cumbre Social de Gotemburgo llega en un momento clave para enraizar una fuerte dimensión social en el futuro de la Unión Europea». El momento fue elegido con toda intención, haciendo de la dimensión social de Europa el primer hito en nuestro camino hacia Sibiu.
En una época de profundos cambios -tanto en la vida como en la política- lo más natural es volver a lo que te define y a lo que te mantiene en pie. Por tanto, celebro que hayamos podido ponernos de acuerdo todos sobre el Pilar europeo de derechos sociales en menos de seis meses desde que fuera propuesto por la Comisión Europea. Este compromiso compartido es una demostración clara de la unidad europea.
El Pilar europeo de derechos sociales, y la dimensión social de Europa en su conjunto, solo serán lo fuertes que les dejemos serlo. Es una responsabilidad conjunta, que empieza a nivel nacional, regional y local, con un papel fundamental de los interlocutores sociales y de la sociedad civil. Por lo tanto, al tiempo que respetamos y aceptamos plenamente los diferentes enfoques que existen en Europa, ahora todos tenemos que convertir los compromisos en acciones. Los europeos no se merecen menos.”
El objetivo de esta propuesta de 20 principios sociales es servir de brújula para seguir avanzando en la Europa Social. Es importante tener muy en cuenta que la política social y de empleo es responsabilidad de los Estados miembros de la UE y que la UE sólo puede actuar para apoyar y complementar aquella competencia (art 153 TFUE) bajo el principio de la subsidiariedad. De esta manera, la UE ha puesto en marcha algunos proyectos europeos en el ámbito de lo social como por ejemplo, la Garantía Juvenil.
Por tanto, la mencionada proclamación ha sido un paso importante en la escenificación de este renovado compromiso con la Europa social, pero de nada sirve si se queda solamente en esa fotografía. Es necesaria la decidida acción política para implementar esta batería de principios para convertirlos en derechos reales para la ciudadanía europea.
Tras el apoyo explícito, claro y constante de la Comisión y el Parlamento Europeo, es el Consejo Europeo, formado en su mayoría por Jefes/as de Estado y de Gobierno conservadores los que tienen la última palabra para la toma de las medidas necesarias para que estos deseos se conviertan en realidad. Esta Institución Europea, la responsable de la austeridad, es ahora la que debe “rectificar”, primero, para ensanchar al máximo posible el principio de subsidiariedad para que la UE pueda actuar en el ámbito social en la actualidad y en segundo lugar, debe iniciar un proceso de reforma de los Tratados europeos para, entre otras cuestiones, convertir la política social en un asunto de competencia plenamente europea.
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