Por Ferrol,siempre por Ferrol

Pepa Antón

Desde que Ferrol dejó de ser una pequeña aldea medieval para convertirse primero, en puerto de resguardo de la Armada imperial y más tarde, ya en el siglo XVlll, en el mayor de los sueños de la Corona de España, cuando aquellos tres Borbones, Don Felipe, Don Fernando y Don Carlos decidieron que en ella se construyera el mejor de los astilleros, capaz de alumbrar a la mayor Armada del mundo; la ya Ciudad se transformó en la puerta de entrada del transcendental cambio que hacia la razón y la libertad se produjo en la humanidad en el Siglo de las Luces

Los mejores ingenieros y matemáticos, la más especializada mano de obra, marinos, científicos, pintores, músicos, escritores, juristas, militares, liberales desterrados y personalidades decisivas en la historia de España, se han formado respirando la suave brisa, impregnada de aromas marineros , de la boca de la ría y el limpio nordeste seco y helado.

Vinieron desde muy lejos e hicieron de este privilegiado enclave su punto de referencia,su pequeña patria. Todos ellos forjaron el alma de la ciudad, confiriéndole ese estilo único y especial y convirtiéndola, desde la segunda mitad del XlX en la mas industrializada y cosmopolita de las ciudades gallegas.

Por eso ahora, cuando soy y he sido testigo de desmanes, traiciones y abandonos sigo alzando mi voz, si cabe, con mayor fuerza que nunca.

Todo empezó con la brutal, sectaria, oportunista y mal llamada reconversión naval de los años ochenta. La terrible reconversión del PSOE que, mientras condenaba a Astano al achatarramiento, abría el astillero de Puerto Real. El partido socialista vendía a la ciudad de su fundador, Pablo Iglesias, por un puñado de votos en Andalucía. Pero a Solchaga, ministro entonces de Felipe Gonzalez, se le llenaba la boca hablando de reconversión y de reindustralización. !Mentira !. Aquella injusticia, aquel atentado contra Ferrol destruyó más de ! trece mil puestos de trabajo!.

A este desgraciada afrenta se le sumaron, posteriormente, el traslado de la flota en tiempos de la UCD y siendo Almirante jefe del estado mayor de la Armada Saturnino Suances de la Hidalga; la supresión de la Capitanía General, en la que Fraga favoreció descaradamente a Paco Vázquez, alcalde de la Coruña, que imponía que no se suprimiera, ni por asomo, la Capitanía de tierra de la Coruña y ambas capitanías no eran posibles. Y la erradicación de la ciudad de un Almirante de tres estachas, de los de verdad, con estado mayor incorporado, de los que tuvo siempre.

A mayores de los veinticinco años que tardó en llegar la autopista, con relación a cuando debería haber llegado, porque los fondos destinados a esa obra hicieron posible el paseo marítimo de la Coruña.
El sarcasmo de haber convertido a Villalba en puerto pesquero del Cantábrico, por el capricho de Manuel Fraga y la complicidad del entonces ministro de obras publicas del PP Francisco Álvarez Cascos y de todos los alcaldes del PP de la costa norte que renunciando al bienestar y desarrollo de sus pueblos los sacrificaron ante «el dios partido «, su sumo sacerdote «don Manuel» y algún que otro escaño en el Congreso y Senado y que privó a Ferrol de ser el entronque de la Transcantábrica con la AP9, dejando aislada toda nuestra costa norte y dando lugar a una infraestructura que permanece cerrada, un día si y otro también, por las nieblas de Abadín.

Y la faraónica inversión del puerto exterior de la Coruña, graciosa y gentil concesión de Josemaría Aznar , entonces del PP, aunque ahora parezca mentira, al siempre todopoderoso Paco Vázquez , entonces del PSOE, en aquel consejo de ministros extraordinario celebrado en la Coruña a raiz del desastre del Prestige. Puerto contra natura cuya razón de ser era la de liberar el actual puerto y dar con esos terrenos uno de los mayores pelotazos urbanísticos del Reino (pelotazo abortado por la crisis ), en detrimento del puerto exterior de Ferrol , único por su calado y por sus condiciones naturales, a punto de concluir su construcción, y al que se le negaron los recursos necesarios para hacerlo, desde entonces, competitivo y viable. Sus accesos se eternizaron y su tren, fundamental para considerarlo un puerto intermodal ,»han prometido» los chicos de Fomento que estará operativo en 46 meses, catorce años después de inaugurarse la dársena.

Y hablando de trenes, otro tren que se espera con el permanente ninguneo del Partido Popular, tanto autonómico como central, !Feijoo y Rajoy ! es el que marca el inicio del eje atlántico…. Ferrol mantiene las mismas condiciones que tenía su ferrocarril en 1913 por lo que necesita urgentemente una modernización de las mismas para mejorar sus conexiones con el resto de Galicia y con la meseta. Porque, mal que les pese, señoras y señores de la Xunta, Ferrol es el inicio de ese eje atlántico que tanto cacarean ustedes y , sin ninguna vergüenza, acaban de circunscribir a la Coruña -Vigo.

Ferrol -Vigo es el pauperrimo proyecto que les ha quedado de aquel sueño que era Ferrol-Faro. Pero de ahí a convertirlo en la Coruña -Vigo resulta un insulto patético, para todos los ciudadanos que estamos medianamente informados.

Pues bien todo esto unido a la falta de suelo industrial, al pitorreo que tienen en Santiago con nuestra candidatura de Ferrol patrimonio de la Humanidad, a la ausencia de un puerto deportivo con marina seca prometido por Feijoo en dos o tres programas electorales y a la pérdida de más de veinticinco mil habitantes en treinta años, hace que lleguemos a una conclusión. «Quienes debían haber servido a la ciudad, reivindicando todas y cada una de sus necesidades, se han servido de la ciudad para trepar en sus diferentes partidos a base de callar mucho, obedecer siempre y no resultar molestos. Basta con observar que los destinos de algunos de nuestros políticos se han disparado hacia arriba en la misma proporción que Ferrol se hundía.»

Por todo esto ahora, más que nunca, es el momento de levantar la bandera de la ciudad. Ferrol, nuestro añorado Ferrol de siempre, sigue siendo posible.

Es el momento de buscar su alma, el alma que siempre pasea por sus calles, esas calles rectas cuajadas de balcones y miradores. Esas calles que encierran la fuerza y el sentir de sus gentes.Y si la encuentro decaida, triste, abatida y hundida, bajo las brillantes hojas de cualquier magnolio, le pediré al suroeste que mande un buen temporal para que la zarandee y reavive, así , la indómita brasa de una ciudad única e imprescindible para el presente y el futuro de Galicia y de España.

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Un comentario

  1. Enhorabuena por el artículo: Pocas veces he leído una análisis tan certero e independiente del camino que nos ha traído hasta la situación actual. Sin duda una reconversión de verdad, el mantenimiento de un estado mayor y unas comunicaciones dignas habrían paliado en parte el paulatino hundimiento de la ciudad. Espero que los programas de construcción, el desarrollo del puerto y una nueva percepción de la gestión de nuestro rico patrimonio natural e histórico complementen los pequeños brotes que están abonando los pocos que no se han ido con su permanente esfuerzo.