Aroa Fandiño Serrano
El pasado 25 de marzo celebramos que, tal y como se contemplaba en el preámbulo de los Tratados de Roma, la UE aspiraba a crear “una unión sin cesar más estrecha entre los países europeos”.
Pero, ojo, eso no quiere decir que la UE actual nos guste, es más la celebramos porque sabemos que la situación actual es transitoria. No puede ser de otra manera, la UE debe evolucionar hacia una estructura de base federal en la que las competencias a nivel europeo estén mejor y más definidas que en la actualidad.
De hecho en el manifiesto de la Marcha por Europa se pide expresamente lo siguiente: “Pedimos a los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Roma el 25 de marzo de 2017 que aprueben una hoja de ruta para relanzar y completar la unidad económica y política de Europa.
Dado que la Unión Europea tiene una moneda única, el euro, debería existir una política económica europea con recursos propios europeos para modernizar y relanzar la economía europea. Dado que la Unión Europea tiene una frontera exterior común, debe ser gestionada conjuntamente por una fuerza fronteriza europea. A medida que las guerras y la inestabilidad afectan a las regiones de Europa, las fuerzas europeas de defensa deben proteger a Europa, ayudar a pacificar nuestro barrio y contribuir a gestionar crisis y conflictos internacionales. A medida que aumentan las amenazas del terrorismo internacional y la delincuencia internacional, deben evitarse y combatirse mediante la cooperación europea y con el apoyo europeo. Dado que las democracias nacionales no pueden gobernar las fuerzas políticas y económicas más allá de las fronteras nacionales, sólo un gobierno europeo y una democracia verdaderamente europea permitirían a los ciudadanos europeos controlar su propio destino.
Para aquellos que creen en una Europa fuerte, unida y democrática, es hora de ponerse en pie. Contra el nacionalismo y el populismo. Por una Europa de unidad contra divisiones y nuevos muros. Por una Europa unida que cumple sus promesas de paz, libertad, seguridad y prosperidad. Por una Europa de solidaridad y responsabilidad compartida. Por una Europa que proteja los intereses y valores europeos en el mundo. Por una Europa de la democracia que da poder a los ciudadanos europeos. Por una Europa de esperanza, contra una Europa del miedo. Por un plan para relanzar y completar la unidad política europea.”
Por otro lado, la orientación política es otro aspecto que también influye y mucho en el devenir de la UE. A mí personalmente no me gusta, a otros/as compañeros/as federalistas europeos/as sí. Esa es otra batalla. Pero confundir ambas batallas solo nos trae confusión y falta de posturas políticas coherentes.
Parece que este sentimiento europeísta está impregnando toda Europa en un movimiento llamado Pulse of Europe. En los últimos meses se están convocando a lo largo de toda la geografía de la UE concentraciones en las que dejan patentes que hay muchas personas que nos sentimos europeas. Una demostración pública de que el populismo y la xenofobia no nos representan a la mayoría de los que nos decimos europeos/as, porque los valores que llamamos europeos son los contrarios.
En Galicia, se ha convocado una concentración de Pulse of Europe en la Torre de Hércules de A Coruña a las 13h para el próximo 14 de mayo para celebrar también el día de Europa (9 de mayo). Quedada europeísta que XEF Galicia y UEF Galicia está co-organizando. ¡¡Allí nos vemos alrededor de la bandera europea!!
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