Los alumnos de los centros de Ferrolterra respondieron a la huelga en contra de la Lomce y las «reválidas», convocada por el Sindicato de Estudiantes en todo el Estado y apoyada por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) bajo el lema «Nin reválidas nin Lomce» y que representa la primera huelga de este curso 2016-2017.
Al igual que en otras ciudades centenares de estudiantes ,acompañados de profesores, participaron en una concentración seguida de manifestación, que se inició a las doce de esta mañana en la plaza de España ante el edificio de los servicios administrativos de la Xunta de Galicia. Se pudo observar la presencia del alcalde, Jorge Suárez, acompañado por el edil de educación, Suso Basterrechea y la de Xuventude, Sainza Ruiz, así como los tres ediles socialistas Beatriz Sestayo, Bruno Díaz y Germán Costoya. Mostraron su apoyo la Confapa-Galicia, CC.OO Ensino y FETE-UGT, el grupode gobierno de Narón, la asociación Fuco Buxán, y Ferrol en Comúún, PSdG-PSOE ey EU, entre otros.
Los estudiantes, entre los que se encontraban desde alumnos de Bachillerato y ESO hasta de la Universidad las calles principales de la zona centro portando diversas pancartas reivindicativas mientras coreaban distintos slogans principalmente en contra del Partido Popular y de la Ley de Ensino, así como contra los diputados socialistas que con su abstención propician un gobierno popular.
La manifestación finalizó en la plaza de la Constitución en donde se leyó un manifiesto
en el que hizo hincapié en la necesidad de suprimir las reválidas.
Así, se señaló que estas pruebas tienen por objetivo «poner las mayores trabas posibles» a la continuación de los estudios, en base a una concepción «clasista y elitista» de la educación que persigue «excluir al alumnado más desfavorecido socialmente del derecho a la educación». Además de interpretar como «una tiranía» que el alumnado se juegue su futuro académico en un único examen, se censuró que sólo se evalúen ciertas áreas del conocimiento y que los exámenes sean elaborados por el Ministerio de Educación.
En el manifiesto también se denunció el «desprecio» que constituyen estas reválidas a la evaluación continua y a la opinión de los docentes con respecto a las capacidades de sus estudiantes. Igualmente obligan a los profesores a orientar su trabajo a la preparación de estas pruebas, «marginando» otros aspectos «fundamentales» de la educación. Suponen, asimismo, «una desconsideración absoluta» con el alumnado con necesidades especiales y pretenden «conformar rankings de centros» según los resultados de estas evaluaciones, para avanzar en «un sistema educativo competitivo, clasista y segregador» con una estructura curricular «al servicio del neoliberalismo».