El Foro de Amigos de Ferrol informa de la presentación de una publicación sobre la Escuela Obrera de Ferrol y su historia, señalando la falta de información sobre las características materiales del notable edificio modernista, hoy desaparecido.
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En pasadas fechas la empresa Navantia presentó la excelente publicación «100 años. Escuela Obrera de Ferrol» y la correspondiente Exposición de cierto interés que puede visitarse en la sala Carlos III de la EXPONAV. La presentación pública de la publicación generó bastantes críticas por su escasa difusión y la poca accesibilidad que tuvieron al acto de presentación las asociaciones culturales de la ciudad y muchas personas interesadas en la historia de Ferrol.
La publicación, de magnífica presentación, en sus más de trescientas páginas de gran calidad de impresión y con unas cuidadas ilustraciones, trata a lo largo de su contenido diferentes aspectos de la Escuela Obrera, tanto los referentes a formación y educación como los musicales y deportivos.
En la publicación aparece también un documentado trabajo de Guillermo Llorca que trata del contexto educativo de Ferrol durante el tiempos que estuvo en función la Escuela Obrera. El libro se complementa con los recuerdos de antiguos alumnos de la Escuela, caso de Fernando Couselo, Siro López y Manuel Couce.
Pero lo que realmente se echa en falta en la publicación, desde el punto de vista del Patrimonio Industrial, es la historia de la construcción y la descripción artística del desaparecido edificio que albergó la Escuela Obrera. Cumple recordar que el proyecto del espléndido edificio, dentro del estilo modernista, fue elaborado por el arquitecto Francisco Fiol y el ingeniero Eduardo Vila el año 1916.
Después de barajarse diversas alternativas, incluídos los jardines de Sánchez Barcáiztegui, el edificio de la Escuela Obrera se levantó en un pequeño recinto de la zona noroeste de los terrenos de la empresa naval, con entrada desde la calle Taxonera, aislado del resto de la empresa por un murete con puerta. Con dos plantas en su parte central y dos alas laterales en la planta baja, era amplio y de buena luminosidad, dotado de diferentes aulas, sala de profesores, dirección, oficinas y secretaría.
La Escuela Obrera disponía igualmente de un espacio dedicado a gimnasio, hasta que el año 1926 se construyó otro edificio, dotado de amplios ventanales, dedicado de forma específica para ello, dentro del recinto de la escuela y adosado a la muralla exterior. Dadas las especiales condiciones del mismo, más tarde se utilizó también para ensayos del orfeón y orquesta de punteo de la empresa.
El año 1976 cesaron las clases en la institución al pasar los hermanos de Lasalle, entonces encargados de la dirección, a una nueva escuela en el barrio de Caranza, siendo derribado hace ahora cuarenta años el histórico edificio de la Escuela Obrera, sin motivo aparente, en una estúpida decisión y sin tener en cuenta las razones que aconsejaban conservarlo para disfrute de las generaciones futuras. A título de ejemplo la antigua Escuela Obrera de Cartagena se ha conservado como Centro Universitario.
En resumen, el hermoso edificio de la Escuela Obrera de Ferrol fue derribado, en vez de conservarlo como memoria histórica del patrimonio de la Ciudad Ensimismada. Sufrió así el mismo triste destino que notables edificios y construcciones emblemáticas de la historia de Ferrol: el Pazo urbano de la Merced, la vieja iglesia de San Julián, la Puerta Nueva, la Casa de Caamaño, el antiguo Ayuntamiento del Paseo de las Delicias, la Fábrica de Lápices, los edificios industriales de FENYA y PYSBE, la Sala de Gálibos de la Empresa Navantia, el cine Callao, el Teatro Renacimiento, la Villa Soledad y el Depósito de Agua de Canido, entre otros.
Tanto F.Couce, J. Vázquez y F.A. Pereira, en su artículo «Escuela Obrera de la Sociedad Española de Construcción Naval», publicado el año 2000 en el número 15 de la revista FerrolAnálisis, como José Mª. de Juan-García en su publicación del año 2015 sobre la citada Sociedad Española de Construcción Naval, y Manuela Santalla en un reciente y completo artículo en Diario de Ferrol, se extienden en los aspectos históricos y constructivos de dicho edificio, que de alguna forma deberían haber complementado esta publicación.
Por la transcripción Juan J. Burgoa