En la madrugada del pasado día 12 de julio en el exterior del local donde se celebraba un convite de boda en Narón, apareció un invitado inesperado: un mestizo de yorkshire terrier de unos 2 años de edad. Los convidados llamaron la Policía Local naronesa, que dio cuenta al servicio de lacería del refugio mancomunado de Mougá.
Según sus cuidadores, el perro «noviño», vivaz y muy cariñoso al que le dieron el nombre de «Che», y que fue vacunado y desparasitado como todos los animales del refugio.
Al día siguiente de su entrada en el centro, una familia italiana, Melani y Julio, quedaron prendados de «Che» y solicitaron la adopción si su dueño no lo reclamaba formalmente. No fueron los únicos que se interesaron por este perrito al que se salieron muchos admiradores y pretendientes.
El 5 de agosto, después de 20 días en el centro, —el plazo legal para el cual su propietario lo puede reclamar—, el refugio de Mougá acordó entregarlo en adopción a esta pareja italiana por el interés y caricias que se le regalaron a «Che» durante su estadía en Mougá.
El 6 de agosto, el cadeliño de Mougá ya puso rumbo a Italia, concretamente la ciudad de Pisa, donde vive ya con sus nuevos dueños en una casa con campo, dos niños y otros dos compañeros peludos con los que jugar.
Un final feliz y merecido para este perrito y esta familia que pospuso su retorno a Italia para poder adoptar a «Che». El hombre tuvo que incorporarse dos semanas antes al trabajo y la mujer quedó en la ciudad con los niños, exclusivamente, con la idea de adoptarlo y la esperanza de que no lo reclamara su antiguo dueño.