A las ocho y cuarto de la tarde de este viernes., día 29, se celebró el acto inaugural de la muestra «Pinceladas de luz» de la pintora Maribel Garrote en la sala de exposiciones de la Autoridad Portuaria.
Acompañaban a la pintora,junto con Julio Hernández, jefe del departamento comercial y de desarrollo de la Autoridad Portuaria, un buen número de invitados, familiares, amigos y gentes del mundo de la cultura.
Maribel, discípula de Segura Torrella y de José González Collado, agradeció las facilidades que le brindó la Autoridad Portuaria para poder presentar esta exposición «en Ferrol, en mi ciudad, y en un lugar entrañable para todos los ferrolanos».
La exposición, compuesta por óleos y acuarelas, permanecerá abierta al público hasta el próximo día 14 y podrá ser visitada de lunes a sábados, de 12.00 a 14.00 h y de 17.00 a 20.00 horas. Los domingos, de 12.00 a 14.00 horas.
MARIBEL GARROTE
Maribel Garrote (1948) vivió una infancia normal y feliz. Comenzó sus estudios primarios en el colegio del barrio «Ibáñez Martín». Allí comenzó a aficionarse por el dibujo. En su clase había un libro que le parecía maravilloso en el que escribían y dibujaban tan sólo algunas alumnas. Cuando ella pudo hacerlo, le motivaba tanto, que su afición por el dibujo crecía… a aquel libro le llamaban «el diario».
Estudió el bachillerato en el Instituto Concepción Arenal. Después estudió Magisterio en las Mercedarias. Allí comenzó a hacer decorados, carteles e ilustraciones para niños en la asignatura de Metodología y Prácticas. Se volcó en sus habilidades en el mundo de los niños para el cual se estaba formando. Sus primeras acuarelas fueron en esa época. La decoración atraía mucho su atención y cuando comenzó a trabajar como profesora le solían encomendar ese tipo de trabajos.
Se casó y entró a trabajar en el colegio Jesús Maestro. A pesar de tener una familia a la que atender y su trabajo, nunca dejó los pinceles ni los lápices. Siempre estaba esperando a que llegara el momento de dedicarles más tiempo. En una ocasión, navegando con su marido, marino mercante, le propusieron subir a la chimenea del barco y pintar la contraseña de la compañía. En la iglesia de su parroquia era la encargada de hacer decorados, carteles… incluso decoraba cada año el cirio pascual.
Cuando sus hijos crecieron comenzó a asistir a clases con Ricardo Segura Torrella. A su lado aprendió a dibujar, a ver y a descubrir brillos y sombras. Pronto se inició con los óleos. En aquella época formó parte de la delegación de Manos Unidas, celebrando una exposición y subasta cada año. Eso hacía coincidir su afición por la pintura poniéndose en contacto con los pintores que desinteresadamente donaban sus obras para la ONG. Se estaba adentrando cada vez más en el mundo del arte y llegó a dirigir aquellas subastas.
Al fallecer Segura Torrella, buscó otro maestro, pero esta vez para introducirse en el mundo de la acuarela y se unió a las clases de José González Collado, en las que permaneció varios años.
A sus alumnos intenta transmitirles su pasión por el dibujo y la pintura. Ellos, los niños, con su frescura son capaces de comunicar en sus dibujos más que los adultos, por eso a través de ellos el aprendizaje es mayor.
Hizo un viaje como cooperante a una misión en África durante un mes. En las paredes de la guardería de la misión hizo murales con motivos de la selva para los niños.