El Gobierno sacará a subasta en el segundo semestre de este año el portaaviones «Príncipe de Asturias», antiguo buque insignia de la Armada española que fue dado de baja en diciembre de 2013 al haber cumplido 25 años de servicio y no resultar rentable la renovación que exigía para alargar su vida útil.
Según ha explicado la Armada en cuanto el portaaviones fue amarrado en el arsenal de Ferrol comenzó su proceso de desarme, en el cual se lleva a cabo la desmilitarización del buque, la clasificación de los equipos y el material que se pueden reutilizar para otros barcos.
Todo este proceso, según las fuentes consultadas, ya se encuentra en su fase final, por lo que el momento de sacar a subasta pública el portaaviones para su desguace y la posterior venta de los restos está cada vez más cerca.
Así, cuando finalice el desarme del «Príncipe de Asturias» se iniciará el expediente de enajenación, en el que normalmente se acuerda el procedimiento de subasta para el desguace, del que se encargará una empresa especializada. Según la Armada, el buque saldrá a subasta «previsiblemente en el segundo semestre de 2015».
BUSCAR EL MÁXIMO RENDIMIENTO
Aunque las citadas fuentes no han precisado por cuánto valor se podría llegar a vender el portaaviones, sí han dejado claro que «se intentará lógicamente obtener el máximo rendimiento, a la vez que se exige una gestión medioambiental y de salud y seguridad en el proceso de desguace».
A la pregunta de si el precio final que se obtenga por el buque dependerá del valor del kilo de acero en el momento de la venta, la Armada se ha limitado a señalar que «el precio de los materiales es un factor muy influyente en la tasación e importe de salida a subasta».
Eso sí, fuentes militares consultadas calcularon después de que el portaaviones fuera dado de baja que el Gobierno podría llegar a ingresar entre 20 y 30 millones de euros por la venta al peso del buque.
El «Príncipe de Asturias» tiene una eslora de 198 metros y un desplazamiento de 16.700 toneladas. La cubierta de vuelo mide 175 metros de largo por 29 de manga, y cuenta con más de 5.000 metros cuadrados para operar las aeronaves –podía embarcar hasta 25–.
25 AÑOS DE SERVICIO
La Armada se vio obligada a dar de baja el portaaviones porque, tras 25 años de servicio, requería una renovación urgente cuyo coste podía ascender hasta los 150 millones de euros. Dado que este tipo de buques no suelen tener una vida superior a los 30 años, la operación resultaba demasiado costosa como para mantener el barco sólo unos años más.
Aunque desde la Armada se asegura que oficialmente «no se han recibido ofertas» para la adquisición del buque, el año pasado sí que hubo algunos países interesados. Fue el caso de Angola, si bien finalmente llegó a la conclusión de que le resultaba inviable tanto mantener como operar el portaaviones. Su dotación es de unas 600 personas y no todos los países cuentan con una plantilla en su Marina suficiente para mantenerlo operativo.
La desmilitarización del buque no implica que todos sus componentes sean descartados. De hecho, muchos son de utilidad y pueden ser utilizados para otros buques de la Armada, como los equipos electrónicos, sistemas de comunicaciones o elementos de energía y propulsión como motores o turbinas.
NUEVO BUQUE INSIGNIA
Después de que se diera de baja el «Príncipe de Asturias» , el buque insignia de la Armada pasó a ser el «Juan Carlos I», el mayor barco de guerra construido en España. Tiene 231 metros de eslora y una autonomía de 9.000 millas a 15 nudos, pero es mucho más fácil de operar que su antecesor. Ya sólo la dotación dice mucho de cada barco: mientras que el primero empleaba a casi 600 efectivos, su sucesor no llega a los 300.
Pero el «Juan Carlos I» destaca sobre todo por su polivalencia, ya que se ha diseñado con cuatro perfiles de misión: como buque anfibio, para transportar fuerzas a cualquier escenario de operaciones, como plataforma eventual para la aviación embarcada, y para operaciones no bélicas (misiones humanitarias, buque-hospital, evacuación, etc).