Manuel Molares do Val-(molares@yahoo.es-cronicasbarbaras.es)
El único “shock de modernidad” que se dio últimamente en gran parte del mundo fue el de la homologación del matrimonio homosexual con el heterosexual, revolución pionera en la España de Rodríguez Zapatero que rompió un tabú milenario contra los afectos del mismo sexo, y que en muchos países, especialmente islámicos, los encarcela, tortura y ejecuta.
El diputado socialista Eduardo Madina promete ahora aplicarle a España otro “shock de modernidad” si los socialistas se dejan dirigir por él.
Pero después del shock de Zapatero es difícil provocar otro, excepto encabezar una revolución comunista o fascista; ni siquiera cuando Madina prometió que lucharía para que España fuera una república escandalizó a nadie.
“Shock de modernidad”, una expresión pueril viniendo de alguien sin iniciativas, sin historia política que no fuera a la sombra del osado, él sí, Zapatero.
Esto lo promete un tipo timorato y dubitativo: aun queriendo dirigir el PSOE, cuando creyó tener como rival a la presidenta andaluza, Susana Díaz, quiso retirarse de la lucha; sólo volvió cuando ella anunció que no competiría.
Insinuó que apoyaría un referéndum separatista en Cataluña, pero se desdijo al detectar reacciones hostiles.
Prometió luchar para traer la III República, y al descubrir resistencias entre socialistas veteranos también se echó atrás, acobardado, y aplaudió, como casi todos a Felipe VI en su proclamación.
Quizás su “shock de modernidad” sea aceptar la poligamia, las bodas de niñas con viejos, el chador en las mujeres, lapidar a las adúlteras y ahorcar homosexuales.
Eso si que es el shock de modernez que predican los islamistas en la televisión iraní HispanTV en la que colabora Pablo Iglesias Turrión, el nuevo gurú de la izquierda, cuyas ideas y proyectos readapta y copia Madina.
Sería una manera de continuar realmente la Alianza de las Civilizaciones de Zapatero.
Autoproclamado ecologista, también puede recomendarnos otro shock (séptico): usar camisetas sudadas como Iglesias para ahorrar agua, energía, y reducir el calentamiento global.