(LD-J. Arias Borque-Yibuti)
Sin acto conmemorativo con decenas de invitados como en el día de su botadura, ni apenas publicidad, en un encuentro privado cuya única foto fue proporcionada por el servicio de prensa institucional, la Armada española recibió de manera definitiva a mediados de diciembre de 2013, hace apenas cinco meses, la quinta y última de las fragatas F100, uno de los programas estrella en la modernización de las Fuerzas Armadas.
Su primera misión de relevancia está tiendo lugar actualmente en aguas del Océano Índico, donde es el buque al mando de la segunda fuerza de intervención rápida de la OTAN (SNMG2 o Task Force 508), bajo la dirección del contraalmirante Eugenio Díaz del Río, que se encarga de la misión Ocean Shield (Escudo del Océano) de la Alianza Atlántica contra la piratería.
Las fragatas multipropósito F100 fueron concebidas desde un inicio para poder desempeñar funciones como escolta oceánica de tamaño medio -para el portaaviones Príncipe de Asturias primero, para el LHD Juan Carlos I en la actualidad-, o como buque de mando y control en un escenario de conflicto, con capacidad de operar integradas en una flota aliada y de proporcionar cobertura a fuerzas expedicionarias.
También se las dotó de capacidad para operar de forma flexible tanto en zonas costeras como en alta mar, según las posibles demandas de cada situación de conflicto o misión, y de un potente sistema de combate aéreo, denominado AEGIS, que sitúa a estas fragatas entre las más avanzadas tecnológicamente del mundo. De hecho, antes que a España, la Armada de Estados Unidos sólo había cedido esta capacidad tecnológica a Japón y Corea del Sur, dos países amenazados directamente por Corea del Norte.
El sistema de combate AEGIS utiliza potentes radares y ordenadores de última generación para rastrear y guiar misiles para destruir blancos enemigos. De hecho, es la base de la maquinaria marítima del escudo antimisiles de la Alianza Atlántica. La versión española, una generación por debajo de la utilizada por la US Navy, es capaz de detectar movimientos de aeronaves a 500 kilómetros y de detectar y seguir hasta 90 blancos móviles y dirigir los proyectiles antiaéreos y de superficie contra ellos.
Como armamento, cuentan con un lanzador vertical Mk-41 con 48 celdas para misiles SM-2 y ESSM (también está preparado para aceptar misiles Tomahawk), dos lanzadores cuádruples para misiles antibuque Harpoon, dos lanzadores dobles Mk-32 para torpedos MK-46, un cañón de 5″ Mk-45 con dirección de tiro Dorna capaz de disparar 20 proyectiles por minuto a hasta 23 kilómetros de alcance, dos ametralladoras Oerlikon de 20 mm y 4 ametralladoras Browning de 12,7mm. Además, incluye cuatro lanzachaff que emiten señuelos para confundir a los misiles enemigos.
Las fragatas F100 son las primeras de la Armada española en tener un casco de protección balística de acero y un sistema que reduce el ruido que pasa de los motores al caso de la nave, para dificultar su posible detección por parte de submarinos enemigos. Asimismo, cuenta con un sistema de contramedidas y guerra electrónica así como un sistema acústico antitorpedos.
Estos barcos llevan consigo un helicóptero embarcado, el Sikorsky SH-60 Seahawk o LAMPS Mk III, dotado de sensores y armas que permiten la detección y, en su caso, el ataque a buques de superficie y submarinos que se encuentran fuera del alcance del armamento del buque.
MEJORAS DE LAS F-105
Estas características se han visto incluso mejoradas en la última unidad entregada de las F100, exactamente, la F105 Cristóbal Colón, el sexto buque de la Armada en ostentar el nombre del almirante español que llegó al continente americano, para cuya construcción en los astilleros ferrolanos de Navantia se emplearon 2.450 toneladas de acero, 400.000 metros de cable y 37.000 metros de tubería, entre otros elementos.
Esta nave cuenta con mejores en el radar SPY-1D, una de las piedras angulares del sistema de combate AEGIS; un radar Aries de vigilancia de superficie; un nuevo sistema de control de guerra electrónica y submarina; mejoras en los sistemas de comunicaciones y Mando y Control; motores más potentes, lo que la convierte en un poco más veloz; un nuevo empujador de proa para operaciones en puerto; y dos cañones Mk-38 para munición de 25 mm con el objetivo de apuntalar la defensa cercana.
La F105 Cristóbal Colón es la única de las modernas fragatas de las Fuerzas Armadas españolas cuyo hangar y cubierta de vuelo han sido modificadas y ampliadas, con el objetivo de que no sólo puedan operar los helicópteros Sikorsky SH-60 con los que cuenta actualmente la Armada, sino también los futuros helicópteros NH-90, otro de los programas importantes de modernización de las Fuerzas Armadas.
SEXTA NAVE EN HOMENAJE A COLÓN
La fragata F105 Cristóbal Colón es la sexta nave española que homenajea al almirante que descrubrió el continente americano para la Corona española. La primera fue una fragata del siglo XVIII, que fue apresada por Ignacio María de Álava en Gibraltar (1779-1783).
El segundo fue una corbeta que fue construida en Malta y adquirida por la Armada española en 1843. El tercero, un barco de ruedas que la Armada encargó a la empresa ‘Henry Lotus & Money Wigram’ de Backwall (Inglaterra).
El cuarto buque español que llevó el nombre de Cristóbal Colón fue un crucero protegido que fue construido en los astilleros de La Carraca. Por último, el barco anterior a la F105 que llevó este nombre fue un crucero acorazado construido por ‘Gio. Ansaldo & Co’ en Génova (Italia) y que la Armada española adquirió en 1895.