El próximo martes, día 29 de abril, se celebrará a las 20 horas en el Centro Sociocultural Fundación Novacaixagalicia Ferrol, situado en la Praza da Constitución, la exposición “Arte x Siria” a favor de Unicef. En ella, se presentará una exposición solidaria mediante fotos y cuadros sobre los niños sirios refugiados de la guerra, donde participarán cuatro artistas vinculados al PAMES que forman parte de esta muestra solidaria, y que estarán a la venta en la página www.arqueologiaoriente.com a partir del mismo 29 de abril.
En la actualidad, los niños y niñas sirios atraviesan el conflicto más dañino para la infancia en la historia reciente de esta región. Más de 5,5 millones de niños y niñas sirios ven ahora su futuro asolado por la guerra. Se calcula que hay hasta un millón de niños y niñas que viven sitiados y en zonas de difícil acceso a las que UNICEF y otros aliados de ayuda humanitaria habitualmente no pueden llegar.
Tres años de violencia y de violaciones de los derechos humanos en los niños y niñas. Desnutrición y enfermedad, pérdida de oportunidades educativas y graves efectos psicológicos están minando el crecimiento saludable y productivo de millones de niños y niñas.
Después de tres años de conflictos y disturbios, Siria es actualmente uno de los lugares más peligrosos del planeta en el que un niño o niña puede vivir. Son miles los que han perdido sus vidas, extremidades de su cuerpo y casi todas las facetas de su infancia. Han perdido aulas y profesores, hermanos y hermanas, amigos, cuidadores, hogares y estabilidad. En lugar de aprender y jugar, a muchos se les ha obligado a empezar a trabajar, se les ha reclutado para combatir o han sido sometidos a una inactividad forzosa.
Uno de cada 10 niños y niñas –más de 12 millones– han huido del país para convertirse en refugiados en países vecinos. Y a pesar de todo esto, los niños y niñas muestran una valentía, resistencia y compasión impresionantes. Los niños y niñas de más edad han reemplazado a profesores, cuidadores y consejeros para ayudar a sus amigos y hermanos menores. Niños y niñas de las comunidades de acogida han asumido la tarea de caminar hasta la escuela con los niños y niñas refugiados y protegerles frente al acoso.
Pero esta resistencia y fortaleza no son ilimitadas. Queda una estrecha ventana de oportunidad para proteger a esta generación víctima de un trato tan brutal. Un año más de conflicto y sufrimiento situaría a la infancia siria en un punto de no retorno. Con cada mes que pasa menguan sus posibilidades de recuperar el potencial perdido y de reconstruir sus futuros.