Jueves Santo, me viene a la mente, aquellos tiempos en que las familias, entendidas estas como unidad, dedicaban parte de este día a visitar las iglesias, a donde era costumbre “peregrinar” en conmemoración de la festividad del día, con la parada correspondiente en cada una de las 7 iglesias que era costumbre visitar, con objeto de obtener el perdón y mostrar arrepentimiento de la posible falta de observación de alguno de los considerados Siete Pecados Capitales: Gula, Avaricia, Pereza, Ira, , Lujuria, Envidia y Soberbia
Para el peregrinaje hacían falta no menos de 3 ó 4 horas, en el mejor de los casos, y esto habiendo programado con antelación el itinerario, para de esta manera hacerlo lo más corto posible, haciendo, las paradas correspondientes en cada una de las iglesias de la ruta elegida. Ésta, a modo de ejemplo, podía ser una de ellas: El Pilar, Las Angustias, San Julian, El Socorro, San Francisco, Dolores y El Carmen.
La Iglesia cristiana considera el nº 7 como indicio de plenitud y perfección y a través de Las Escrituras, hace referencia a las Siete Iglesias del Apocalipsis: Efeso, Smirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea todas ellas situadas en Asia Menor, actualmente Turquía.