La Armada española y el Ayuntamiento de Puerto Real inauguraron el pasado sábado en la localidad gaditana un busto en recuerdo del almirante Pascual Cervera, protagonista destacado del combate librado en Santiago de Cuba en 1898.
La ceremonia comenzó con un homenaje a los marineros y soldados que dieron su vida por España. A continuación, el Almirante de la Flota, Santiago Bolíbar, la alcaldesa de Puerto Real, María Isabel Peinado, y un representante de la familia Cervera dedicaron unas palabras al ilustre marino. El Himno de la Armada puso el punto final al acto de homenaje.
Como parte de los actos de homenaje al almirante Cervera, la Unidad de Música del Tercio del Sur de Infantería de Marina ofreció un concierto.
Biografía del almirante Cervera
Nacido en la localidad gaditana de Medina Sidonia en 1839, Pascual Cervera Topete ingresa en el Colegio Naval Militar de San Fernando en 1853. En sus primeros años como marino navega por las Antillas, las costas africanas y Filipinas, donde combate a las órdenes de Casto Méndez Núñez en el ataque al fuerte de Pagalungan, en Mindanao.
Durante el movimiento cantonal en Cartagena y Cádiz, en 1873, participa en la defensa del Arsenal de la Carraca. Posteriormente, Cervera es destinado al apostadero de Filipinas donde persigue la piratería y dirige los trabajos hidrográficos en el archipiélago de Joló, del que sería su primer gobernador. De vuelta a España en 1876, manda la corbeta Ferrolana —buque escuela de guardiamarinas—, preside la comisión para la construcción del acorazado Pelayo y ocupa el puesto de ayudante de cámara de la Reina Regente María Cristina.
En 1892, Mateo Sagasta le nombra ministro de Marina, puesto que ocupará durante tres meses. Declarada la guerra en Cuba, en 1897 es designado comandante de la escuadra española que sería derrotada en Santiago de Cuba frente a la de Estados Unidos, muy superior en capacidad. Ya en España, ocupa la jefatura del Estado Mayor Central y el mando del Departamento de Ferrol. Fallece en Puerto Real el 3 de abril de 1909, tras 56 años de servicio efectivo en la Armada. En 1916 sus restos mortales son trasladados al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), donde descansan en la actualidad.