(FdV-A.Otero)-Zarpó de Vigo la noche del pasado 17 de diciembre de forma precipitada huyendo de los temporales, y arribará este jueves, día 6, a la bahía australiana de Port Phillip en Melbourne tras cubrir, sin paradas, 12.500 millas en 52 días a una velocidad media de 9 nudos (16 km/h). Sin más pérdida de tiempo, y siguiendo el mismo esquema de la exitosa maniobra desarrollada en la ría de Vigo aunque a la inversa, el carguero Blue Marlin comenzará en las próximas horas a sumergirse para dejar flotando sobre aquellas aguas tan lejanas al Adelaide, el segundo de los buques anfibios LHD construidos por Navantia-Ferrol para la Marina Australiana.
En esta ocasión y pese a la crudeza del invierno, la planificación de la compañía holandesa Dockwise -responsable tanto del embarque como del transporte hasta las Antípodas del gigantesco casco militar de 200 metros de eslora y 22.000 toneladas de peso- no registró ningún cambio de última hora ni contratiempos como el ocurrido en pleno verano en el puerto exterior de A Coruña en Punta Langosteira. Con el primer LHD salido de la grada de Navantia, el Canberra, su carguero semisumergible sufrió daños estructurales por el constante movimiento en el interior de la faraónica dársena herculina. Por contra, en Vigo «todo fue como la seda«, como así lo recuerdan los operarios de Navantia que participaron en la compleja maniobra. Y esto a pesar de ejecutarse en diciembre. De ahí que un alto cargo del astillero ferrolano llegase a confesar a pie de muelle que «Vigo es el mejor puerto para hacer esta operación».
Aparte de las idóneas condiciones naturales de las aguas olívicas, las siguientes fases de la operación se ejecutaron en un tiempo récord en comparación con el invertido en Langosteira. Al embarque en Vigo del casco sobre el carguero siguió su trincaje a la cubierta de este, un trabajo contratado al astillero vigués Freire. Estos soldadores completaron el encargo en solo seis jornadas frente a las diez que se necesitaron en A Coruña para realizar lo mismo, si bien incluyendo la reparación de los citados desperfectos.
El tiempo invertido en la larga navegación desde la Estación Marítima de Vigo hasta la bahía de Melbourne marca otra de las diferencias con respecto a la que arrancó el 17 de agosto de 2012 en Langosteira. El Blue Marlin completó esta primera travesía en 62 días frente a los 52 de la segunda, si bien al partir de Vigo se recorta la distancia hasta Australia en casi una jornada menos de ruta.
Aliviado por el perfecto desarrollo del embarque en la Ría de Vigo, Frank Berrens, máximo responsable de Dockwise en esta operación, había expresado a través de este periódico su deseo para que la siguiente fase, el viaje hasta Melbourne, resultase «igual de exitoso». «Solo esperamos y rezamos para que haya buen tiempo y que el viento sople por popa», comentó. Tal vez sus plegarias hayan sido escuchadas, conjugándose a favor del carguero todas las condiciones meteorológicas que pueden concurrir cruzando el Atlántico y el Índico porque al final arribará a Melbourne dos días antes del plazo previsto, marcado para el 8 de febrero. O quizás el capitán del Blue Marlin, tras analizar los pronósticos del tiempo, ordenó la salida de Vigo en el momento oportuno ante el temor a acabar atracado sine die en la Estación Marítima a refugio de los temporales. Y acertaría de pleno. Desde aquella noche del 17 de diciembre, cuando el buque zarpó de la terminal de trasatlánticos aceleradamente, el mal tiempo castiga sin tregua a la costa gallega.