(ED)-La falta de contratos para Navantia hizo saltar las alarmas en el Ejecutivo central, sobre todo, después de que los cuatro barcos que construirá Gas Natural pusiesen rumbo a astilleros asiáticos dejando al grupo público sin el contrato que aseguraba su futuro inmediato. Desde entonces, el departamento que dirige José Manuel Soria se puso manos a la obra para convencer a la compañía energética de que alguno de los cuatro metaneros se construyese en tierras españolas. De esa presión surgió un grupo de trabajo conformado por Navantia, su único accionista, la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) y el armador designado por Gas Natural para la construcción de un quinto buque, Knutsen.
Aunque el objetivo es elaborar una oferta competitiva y en plazo para optar con garantías al quinto barco de Gas Natural, el Gobierno quiere asegurarse de que el contrato acaba en Navantia. Por ello, ha tomado las riendas de la negociación, relegando al grupo presidido por José Manuel Revuelta a un segundo plano. Según fuentes del astillero público, el trabajo de Navantia se está limitando al apartado técnico, la ingeniería, mientras que son los directivos de la SEPI, con su presidente, Ramón Aguirre, a la cabeza, los que mantienen el contacto con el armador y la empresa.
Un barco ‘especial’
Esta mecánica marca una notable diferencia con el resto de concursos en los que participa Navantia. Normalmente, son los astilleros públicos los que se encargan de diseñar y elaborar las ofertas con las que compiten por la construcción de barcos. Cuando este trabajo está terminado, se informa a la SEPI para que dé el visto bueno a la propuesta.
Sin embargo, en esta ocasión, el Gobierno ha tomado las riendas del proceso. Según informan en Navantia, tanto el Ministerio de Industria como el de Hacienda han intentado estrechar lazos con la compañía que preside Salvador Gabarró para asegurar el contrato para los astilleros públicos. El propio Cristóbal Montoro dio por hecho en diciembre que el metanero se construirá en Navantia: “Cuando se formalice ese contrato, que no va a ser el único, añado con toda propiedad, que van a venir más contratos”, dijo en el Congreso.
Dos horizontes: Pemex y Gas Natural
Pese a todo, la incertidumbre persiste. En Gas Natural confirman que el grupo de trabajo formado por SEPI, Navantia y Knutsen está funcionando pero no ponen fecha para la construcción del nuevo barco. Y, por supuesto, tampoco dan por hecho que se vaya a construir en los astilleros públicos.
El reto más importante para el grupo público pasa ahora por el concurso de Pemex, que adjudicará los barcos a los que optan Navantia Ferrol y el astillero privado vigués Barreras este martes. En cartera, además de las reparaciones, queda un contrato para construir un buque para el Gobierno turco. Un premio menor en comparación con la pérdida de los cuatro barcos metaneros de Gas Natural, que provocó la reacción del Gobierno y puso en la picota al presidente de Navantia, José Manuel Revuelta.
Esto,es la ceremonia de la confusión. ?quien valora, quien presupuesta, quien oferta un precio?.