La última de las fragatas de la Armada española, la F-105 “Cristóbal Colón”, con base en Ferrol se integrará en marzo de este año en la Standing Maritime Group (SNMG) 2 o Agrupación Naval Permanente de la OTAN grupo 2, un grupo de ocho buques de guerra de siete países distintos, en los que actuará como centro de mando. Precisamente la “Cristóbal Colón” relevará a otra fragata española, la “Álvaro de Bazán”. La SNMG-1 y la SNMG-2 son las unidades de primera respuesta de la OTAN ante cualquier crisis en el Mediterráneo, luchando principalmente contra el terrorismo y la piratería.
La F-105 es el siguiente paso en la familia de fragatas F-100 puesto que incluye mejoras fruto de la experiencia y de las nuevas tecnologías. Destaca la incorporación de dos estaciones de armamento operadas remotamente MK-38 de 25 mm. suministradas por BAE Systems y Rafael, además de nuevos sistemas de control de guerra electrónica y submarina, nuevos motores, un nuevo radar de vigilancia de superficie, mejoras en el radar tridimensional SPY-1D, un propulsor frontal para maniobras en puerto y la adaptación en hangar y cubierta de vuelo para la operación en el futuro de los helicópteros NH-90 en lugar de los SH-60. La fragata “Cristóbal Colón” fue entregada por Navantia en Ferrol el pasado 23 de octubre de 2012.
Una de las novedades que incorpora esta quinta y última fragata de la clase F-100 «Álvaro de Bazán» es la adaptación del sistema de combate Aegis, el mismo de que dispone la Armada estadounidense, capaz de detectar, seguir e interceptar misiles que supongan una amenaza.
«Es algo que no pueden decir las Armadas de otros países», como las alemanas, británicas u holandesas», explicó el almirante José Antonio Ruesta Botella, jefe de Personal de la Armada, para quien las fragatas F-100 sitúan a España en «una posición privilegiada», en cuanto a capacidad militar naval se refiere a nivel OTAN.
También supone un privilegio en cuanto a industria de Defensa se refiere: la adaptación del sistema de combate Aegis -de la compañía estadounidense Lockheed Martin- a la fragata «Cristóbal Colón» supuso un desafío para Navantia y una oportunidad de de aprendizaje tecnológico que posibilitará la exportación de estos modelos a otros países, como ya se ha realizado a Australia cuyos destructores antiaéreos (AWD) están inspirados en la misma «Cristóbal Colón».
«La adaptación es realizada mediante el denominado CDS, un conjunto de funcionalidades software, plataforma de servidores y consolas capaz de implementar las funcionalidades tácticas y control que requieren las fragatas», explican desde la compañía nacional de construcción naval.
Pero no solo Navantia y Sistemas Faba han participado en este proyecto hombro con hombro con la estadounidense Lockheed Martin. Indra Sistemas (radares, comunicaciones…), Tecnobit (vigilancia optrónica o de datos) o Sainsel (cartas marítimas digitales) son otras de las empresas implicadas en el proyecto.
De este modo, la fragata «Cristóbal Colón» incorpora el mayor grado de nacionalización de sensores y armas de toda la serie «Álvaro de Bazán», que iba a contar con una sexta unidad que finalmente, por restricciones presupuestarias, fue cancelada.
Con una eslora de 133,20 metros, desplaza a plena carga unas 6.041 toneladas, pudiendo navegar a una velocidad máxima de 28,5 nudos (50 km/h). La dotación es de 234 marinos.
Este buque de guerra multipropósito de la Armada está capacitado como escolta oceánico de tamaño medio, para actuar como buque de mando y control en un escenario de conflicto, operar integrado en una flota aliada y proporcionar cobertura a fuerzas expedicionarias, operar tanto en zonas costeras y en alta mar de una forma flexible, según las demandas de cada situación de conflicto. «Además tiene una elevada capacidad antiaérea», destacan desde la misma Armada.
Como el resto de fragatas de la calse F-100, la «Cristóbal Colón» tiene capacidad para detectar y seguir hasta 90 blancos móviles y dirigir los proyectiles antiaéreos y de superficie.
En cuanto a armamento dispone de dos lanzadores cuádruples de misiles anti-buque AGM-84 Harpoon; dos lanzadores dobles de torpedos Mk-46; un cañón tipo Mk-45 de 125 mm. con capacidad de disparo de 20 proyectiles por minuto y 23 kilómetros de alcance y un lanzador vertical Mk-41 con 48 celdas; cuatro lanzadores de señuelos para confundir a los misiles enemigos y un helicóptero Sikorsky SH-60B Seahawk, preparado para la lucha antisubmarina y antisuperficie. En un futuro, podría contar con los NH-90 en su versión navalizada, una vez que la Armada dé el visto bueno.
La fragata «Cristóbal Colón» cuenta también con un cañón Mk-38 de 25 mm., así como un nuevo sistema de control de guerra electrónica y submarina. Todo ello le convierte en uno de los buques de guerra más modernos del mundo.