La Pasión Cofrade de Heide Ploegstra

maria-fidalgo-aMaría Fidalgo Casares. Doctora en Historia

Ha sido todo un acierto que la Coordinadora de Cofradías iniciara este premio de Pintura en Ferrol, una ciudad antiguamente conocida por ser “la ciudad de los pintores”… No en vano pesos pesados de la pintura gallega de todos los tiempos nacieron en nuestra ciudad. Es todo un estímulo para artistas y ciudadanos y sobre todo para los que aúnan la afición al arte con la pasión por la Semana santa, de ahí lo atinado del nombre del certamen.

Este año es el segundo que se celebra con gran éxito. El año pasado la obra vencedora fue polémica. Unos penitentes procesionaban por calles lluviosas y sombrías con una potente luz azulada… Considero que fue un premio correcto, aunque no pude ver el resto de las obras. Me pareció soberbio el tratamiento del suelo, el cielo y las galerías ferrolanas, plasmadas con una sinfonía de azulnegros difícil de superar, aunque esa gran mano extendida en primer plano fuese un poco tétrica y entiendo que no fuera del gusto de todos, quizás demasiado magnificada…

Este año tuve la suerte de poder ver las obras finalistas y he de decir que la calidad fue elvada y me alegré enormemente de que la ganadora fuera la holandesa Hedi Ploegstra.

Hedi (Ysselmuiden-Holanda, 1970).es una pintora de amplia trayectoria en nuestra ciudad en la que fundó su gran familia. Estudió pintura en la Academia de Bellas Artes de Kampen, Holanda y expuso en distintas galerías de arte de su país natal. Correcta en la técnica, apasionada a veces hasta el exceso en un color que roza la irrealidad, tiene algo especial que traspasa el lienzo. En 1997 tras un viaje por el Camino de Santiago se trasladó a Ferrol para formar su familia y continuar con su carrera pictórica con nuevos aires.“Tras hacer el Camino me interesó cierto misterio y tenebrismo, estaba muy influida por Caravaggio, y predominaba la fuerza del color rojo. Luego fui teniendo hijos y las figuras de bebés aparecen en varias obras relacionadas con la naturaleza y la vida”. Una segunda etapa de Ploegstra la orientó hacia la rapidez de la pincelada y la mezcla de técnicas pictóricas como el óleo, el acrílico y la acuarela. Hoy se encuentra inmersa en una fase azul, donde intenta reflexionar sobre el tiempo introduciendo el “fotocollage”.

Por lo que había visto de ella en estos años, me pareció una pintora muy interesante y valiente con una intensa personalidad que hacía sus obras muy reconocibles, pero que tal vez no tenía el reconocimiento como artista que merecía. Por eso y quizás por que me pareció de justicia que esta vez se la premiase, acudí ex profeso a ver las obras en cuanto llegué a Ferrol.

Puedo decir que la mayoría de las obras seleccionadas podía haber ganado si se atendiera a una u otra consideración ya que presentaban bastante interés. Pero en este certamen creo que centraron su veredicto en la vinculación ferrolana y su extrapolación al mundo del cartel. Y creo que acertaron de lleno con su obra Amboage, Domingo de Ramos.

De las seleccionadas me gustó mucho «Lembranza de Semana Santa«, de Gumersindo Vázquez Fraga una obra en colores ocres terrosos y grises preciosos como de fotografía antigua. Figuras muy distintas, con indumentarias muy logradas mirando al espectador como posando ante un delicioso Ferrol de décadas atrás… pero representaba la procesión del Corpus por lo que no se ajustaba mucho a lo que pretendía el concurso. Aún así me gustó…

También era muy hermoso un óleo impresionista de pequeño formato «Llegada», de Francisco Rogelio Otero, pero quizás su colorido de arquitecturas en albero parecía recordar edificios sureños poco apropiados para nuestro cartel, aunque curiosamente representaba Las Angustias y la mirada del penitente del primer plano también era un tanto controvertida.

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La obra de mayor tamaño correspondía a «Redención», de Manuel Carballeira Rivas, ganador del año anterior… un gran Cristo muy emotivo y muy bien ejecutado de composición arriesgadísima, ya que representaba a un crucificado en picado, con la gran dificultad que acarrea ese brutal escorzo que salvó a la perfección y que no me hubiera extrañado que ganara, ya que aparte de ser una gran obra tenía una gran carga emocional que llamaba a la piedad.

«Pasión Cofrade», de Alejos Lorenzo era el cuadro más moderno, una cruz minimalista con un capuchón. Composición muy sencilla pero destacable….

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«Noche de Penitencia», de Eva Liberal era una deliciosa acuarela en tonos tierra. Muy correcta y a la vez muy valiente ya que articulaba la composición en dos segmentos divididos por una gran diagonal y que marcaba un espacio en blanco y en el otro centraba la figuración. Quizás la autora estuvo poco acertada en la temática desde el punto de vista iconográfico, ya que aunque en Ferrol el protagonismo femenino fue uno de los revulsivos que consiguió revitalizar la Semana Santa que decaía a fines de los 70 y primeros 80, chocaba un poco que los pies encadenados que portaban la cruz fueran femeninos y el mero hecho de las cadenas ( prohibidas en muchas Semana Santas españolas) quizá no fueran políticamente correctas para un cartel …. Aún así era una obra de gran calidad, delicadísima en el dibujo y pincelada y sobre todo muy rica en matices del color con la dificultad de moverse en una gama austera que rozaba la monocromía.

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El cuadro de Heidi

El de Hedi es un cuadro de pequeño tamaño que representa a la ferrolana Plaza de Amboage durante el Domingo de Ramos antes de la procesión de la Cofradía de Dolores. Muy cargado de colores rutilantes en franjas alternas y quizás algo farragoso en la composición, llega a cierto horror vacui, en la mitad superior. Los espléndidos cedros están plasmados con cierto misterio muy en la línea de Hedi. El eje central de la composición es el paso de la entrada en Jerusalem cuyo trono es portado por un gran grupo de portadoras de la Virgen de la Esperanza de la Cofradía de Dolores… El tono verdiazul oscuro cargado de negros queda contrarrestado por tres manchas de color en triangulo cuyos vértices son la imagen de San Juan, principal elemento compositivo, la mancha roja del cofrade de Dolores y los capuces dorados de la esquina que completan la figura geométrica y resaltan como cálidas notas de color

Como elemento disruptor de la severidad de la composición, en primer plano un niño que disfruta de la alegría del momento que representa el gran ambiente de la Plaza, curiosamente idéntico a mi hijo, tataranieto primogénito del auténtico artífice de la Semana Santa Ferrolana Javier Casares Bescansa.

Recuerdo cuando vi la obra de Hedi en el certamen Bello Piñeiro, uno de los más cuantiosos de Galicia, de unos inquietantes niños en un bosque. La consideré bastante superior a las obras ganadoras. No sé que me pasa con este premio que nunca coincido con los veredictos del jurado – increíble de que no ganase este año el coruñés Oscar Cabana con una obra espléndida, y el anterior la artista fenesa Beatriz Seijo, con un espectacular Ameneiral-…

Días después encontré a Hedi. Se había tomado un pequeño respiro en su ajetreada vida de madre de familia numerosa y pintora para asistir a la procesión marinera del Carmen de Mugardos y me acerqué a felicitarla y decirle cuanto me había gustado su cuadro. Me resultó una mujer muy atractiva, dulce, amable y llena de vida.

Hicimos parte de la procesión juntas, ella muy cautivada por un tipo de evento religioso tan distinto al de su cultura natal, tal vez se estaba empapando del sentimiento cristiano que reprodujo en esta obra, felizmente premiada y que presentará dignamente la Semana de Pasíon de Ferrol. Felicidades Hedi.

 

 

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