El Parlamento de Galicia asegura que nunca negó a la diputada denunciada por un guarda de seguridad, la socialista Beatriz Sestayo, la entrada en el aparcamiento subterráneo con un operario para quitar el coche que tenía averiado y que motivó el incidente con el empleado de la empresa Eulen el pasado 29 de octubre.
La diputada alegó que mantuvo un segundo coche en el aparcamiento de la Cámara –desde marzo– porque estaba estropeado y aseguró que incluso «tramitó» con la Mesa que pudiese entrar un operario de taller para sacarlo, pero que se le había denegado.
Sin embargo, fuentes parlamentarias han asegurado a Europa Press que «en ningún momento» solicitó, antes del 29 de octubre –cuando se produjo el incidente el guarda de seguridad–, entrar en el aparcamiento con alguien para poder quitar el coche.
Además, estas mismas fuentes han aclarado que el único escrito de queja que han recibido es con fecha del día 30, en el que se recoge la protesta por no haber podido acceder al recinto, y que se tramitó para la siguiente reunión de la Mesa.
De hecho, han agregado, el vehículo fue retirado «el 31 de octubre», después de que accediese acompañada de una persona para cargar la batería al mencionado párking subterráneo.
«Tres denegaciones seguidas»
No obstante, en el escrito de queja formal que envió Sestayo el 30 de octubre, y al que ha tenido acceso Europa Press, la diputada subraya que «solicitó autorización para la entrada de asistencia técnica» y obtuvo como respuesta «tres denegaciones reiteradas«.
Asimismo, en ese documento, la parlamentaria socialista indica que le preguntó a la Mesa «cómo debe acceder» la asistencia técnica «sin recibir más respuesta de la Presidenta o del jefe de seguridad que la prohibición de acceder con otro automóvil familiar«. Asimismo, denuncia que las indicaciones recibidas por la vicesecretaria de la Cámara, la socialista Concepción Burgo, «no fueron respetadas por la presidenta» del Parlamento, Pilar Rojo.
En el escrito, la diputada afirma en el documento del 30 de octubre que no tiene «ninguna queja que hacer respecto del personal que recibe órdenes», en referencia al guarda de seguridad con el que mantuvo el incidente y que presentó una denuncia el día 6 de noviembre, pero manifiesta su «protesta más contundente ante la situación generada» y que atribuye a la Presidencia del Parlamento y de la Jefatura de Seguridad.
«En varias ocasiones esta diputada intentó hablar con el responsable de seguridad a través del teléfono para solicitar información del proceso y el máximo encargado de velar por la seguridad del Parlamento ni contestó a la llamada ni la devolvió a pesar de que fueron efectuadas algunas antes el personal de acceso«, critica.
Bajo esta exposición de motivos, la diputada formula una queja ante la «incomprensible situación generada por las instrucciones de la presidenta«, así como por la «falta de atención» del jefe de seguridad de la Cámara, y solicitó «recibir indicaciones y autorización expresa y por escrito» para la entrada de asistencia técnica al vehículo estacionado, que fue retirado al día siguiente de este escrito.