(IF) .-El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, afirma que “España debe salvaguardar su industria de Defensa” a pesar de la crisis económica, no sólo porque es una industria tractora y con un alto contenido de I+D, que genera empleo y riqueza, sino porque constituye una capacidad estratégica.
En un artículo en la Revista Española de Defensa, que publica el ministerio de Defensa, Argüelles señala que, “adquirir capacidades industriales es un proceso continuo en el que el conocimiento adquirido representa la base de desarrollo del siguiente escalón tecnológico”.
“No podemos perder el tren de la tecnología y poner en peligro capacidades que son críticas para nuestra Defensa y Seguridad y que se han conseguido gracias al esfuerzo de toda la sociedad española”, agrega Argüelles quien señala que la industria de defensa genera más de 20.000 empleos directos y el triple de indirectos.
El secretario de Estado de Defensa (SEDEF) agrega que las empresas españolas de Defensa “deben estar preparadas para participar en el reparto regional y en los procesos de especialización que se generarán como consecuencia del nuevo enfoque integral de la Unión Europea en material de Defensa”, que será tratado en la próxima reunión el Consejo Europeo que tendrá lugar en diciembre y abordará el tema.
Defensa necesita más
Argüelles reconoce que el escenario actual de insuficiencia presupuestaria “nos va a acompañar durante un largo periodo” y afirma que como Defensa ha sufrido uno de los mayores recortes como consecuencia de la crisis, “necesitaría un porcentaje mayor de inversión una vez que se inicie la recuperación”, si quiere alcanzar los niveles anteriores a 2008.
“Sin embargo –subraya-, el principio de austeridad presupuestaria impuesto por la crisis pone la inversión en Defensa en el punto de mira de la opinión pública, lo que dificulta la recuperación a medio plazo, incluso en un escenario económico favorable».
“Esta realidad, que afecta a todos los países de nuestro entorno, se agrava en el caso de España, pues nuestro país nunca ha puesto la inversión en Defensa en el lugar que le corresponde. Ni siquiera en épocas de bonanza”, dice el SEDEF.
Según datos de la OTAN, entre 1986 y 2012 el PIB español per cápita aumentó el 167,1%, mientras que nuestro gasto en Defensa per cápita lo hizo en el 13.3%.
“A pesar de esta realidad, consecuencia de nuestra propia cultura, o deberíamos mejor decir, deficiente cultura de defensa, el proceso de modernización de las Fuerzas Armadas iniciado en la década de los 80 hizo posible que España se dotase de las capacidades necesarias para participar en misiones internacionales y responder a los retos y amenazas globales al mismo nivel que nuestros aliados”, considera.
Programas especiales
El secretario de Estado de Defensa señala que la financiación de los programas especiales de modernización traspasa el ámbito de la Defensa por sus implicaciones en la política industrial, de empleo, y, por eso, durante los últimos años, el Gobierno ha afrontado este asunto recurriendo a fórmulas extraordinarias, paliando las consecuencias del abrupto descenso en los créditos iniciales con aportaciones suplementarias dedicadas a inversión.
“La Defensa y su financiación se encuentran por tanto en una época de transformación. En un proceso de adelgazamiento en el que planificar de forma rigurosa y gastar mejor se ha convertido en una prioridad. Existe además la necesidad de contar con otros mecanismos de financiación que compensen la carencia coyuntural de recursos disponibles en el presupuesto de Defensa y que permita hacer frente a los compromisos sin menoscabo de nuestra credibilidad,» agrega.
“Existe igualmente la necesidad de ajustar nuestro modelo de Fuerzas Armadas a la situación actual de crisis económica. El proceso de transformación ya iniciado hace varios años en nuestros ejércitos que lleva implícito una reducción de los efectivos y que busca potenciar la operatividad de unidades de carácter polivalente y capaces de responder de forma conjunta a las amenazas, también contribuirá a una mejor planificación militar e industrial”, concluye que el Ministerio de Defensa presenta un año más unos presupuestos austeros y solidarios con el esfuerzo del Gobierno y del conjunto la sociedad española.
“La reducción en el 2014 es del 3,22%, y Defensa acumula una reducción del 30% desde el comienzo de la crisis en el 2008. Nuestras Fuerzas Armadas continúan haciendo esfuerzos de adaptación a la situación de crisis económica, priorizando aquellas partidas que consideran críticas y que no suponen una amenaza a la seguridad, ni ponen en peligro nuestra capacidad para responder a los compromisos internacionales”, finaliza.